Las peligrosas recetas de opioides con sedantes se desploman en EE. UU.
MARTES, 7 de junio de 2022 (HealthDay News) -- En reacción a la epidemia de opioides del país, los médicos de Estados Unidos están emitiendo menos recetas conjuntas de analgésicos opioides y benzodiacepinas como Ativan y Xanax, informan las autoridades de salud federales.
Cuando estos medicamentos se toman juntos, las probabilidades de sobredosis, incluso de una sobredosis letal, aumentan de forma marcada.
Pero entre 2016 y 2019, la emisión de recetas conjuntas de las dos clases de medicamentos se redujo en casi un 60 por ciento, y la reducción más pronunciada fue entre los adultos.
"El periodo examinado por el estudio fue después de las iniciativas federales para abordar las recetas conjuntas de opioides y benzodiacepinas", señaló el investigador principal, Kun Zhang, haciendo referencia a los recuadros de advertencia de 2016 de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. en los medicamentos, y a la directriz de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. para las recetas de opioides para el dolor crónico.
"La tendencia a la baja del uso concurrente de estos dos fármacos a nivel poblacional es promisoria. Menos pacientes se expusieron a este uso peligroso de los medicamentos", añadió Zhang, miembro sénior de servicio y científico de salud del Centro Nacional de Prevención y Control de Lesiones de los CDC.
Menos pacientes comenzaron un tratamiento con opioides y benzodiacepinas a la vez, lo que indica que los médicos quizá estén cumpliendo las directrices cuando tratan a los pacientes con estos fármacos, dijo Zhang.
Las benzodiacepinas, como Xanax (alprazolam), Valium (diazepam) y Librium (clordiazepóxido), son tranquilizantes. En general se recetan para aliviar el estrés y la ansiedad, y para ayudar a las personas a dormir.
Entre los opioides se encuentran el OxyContin (oxicodona), el Percodan (oxicodona/aspirina), y el Vicodin (hidrocodona/acetaminofén). Se recetan para aliviar el dolor, con frecuencia el dolor crónico.
Pero tomar opioides y benzodiacepinas a la vez puede conducir a una ralentización drástica de la respiración, lo que aumenta las probabilidades de una sobredosis. Entre 1999 y 2017, el porcentaje de muertes por sobredosis por la combinación de estas clases de fármacos aumentó de un 9 a un 21 por ciento. En 2017, las benzodiacepinas estaban implicadas en todo un tercio de las muertes por sobredosis de opioides, anotaron los investigadores.
En el estudio, Zhang y sus colaboradores recolectaron datos de las recetas en 50,000 farmacias que surtieron casi un 92 por ciento de las recetas de Estados Unidos.
Encontraron que el número de pacientes que recibieron recetas nuevas para los dos medicamentos a la vez se redujo en un 59 por ciento entre 2016 y 2019.
Pero aunque menos pacientes comenzaron a utilizar estos medicamentos juntos, el uso combinado de opioides y benzodiacepinas sigue siendo común, añadió Zhang.
"Nuestros hallazgos resaltan la necesidad de medidas continuas de salud pública y clínicas, lo que incluye un mayor cumplimiento de las directrices basadas en las evidencias para la emisión de recetas, una mayor educación del paciente, y opciones alternativas para la gestión del dolor", aseguró.
Linda Richter es vicepresidenta de investigación y análisis de la prevención de Partnership to End Addiction. Observó que, aunque la epidemia de opioides ha recibido una atención considerable en la última década, menos personas son conscientes del rol que el uso conjunto de las benzodiacepinas y los opioides puede tener en las muertes por sobredosis.
La reducción en las recetas conjuntas de estos fármacos es esperanzadora, pero siguen siendo demasiado frecuentes, lamentó.
"Las tasas de recetas concurrentes siguen siendo muy altas, y los datos de los años desde que la COVID se arraigó ni siquiera se incluyeron en este estudio", advirtió Richter. "Sería importante examinar el rol que el uso de benzodiacepinas más opioides recetados ha tenido en el aumento sin precedentes en las muertes por sobredosis de medicamentos que hemos observado desde el inicio de la COVID, sobre todo dado el aumento reciente en los problemas de salud mental, en particular entre los adultos jóvenes".
Las evidencias sugieren que tratar el dolor de forma insuficiente y los problemas de salud mental pueden exacerbar el uso de las drogas ilícitas, pero hay alternativas seguras a los opioides recetados para la gestión del dolor que todavía no se utilizan lo suficiente, planteó Richter.
"Una mejor concienciación y educación entre los proveedores es la clave para frenar este problema, al igual que una mayor concienciación en la población de pacientes sobre los riesgos y las alternativas efectivas para estos medicamentos", aseguró.
Estas alternativas deben ser cubiertas por el seguro, y hacer que estén más accesibles para los proveedores y los pacientes, "y los pacientes deben empoderarse para implicar a los proveedores en estas conversaciones y buscar alternativas seguras para tratar sus síntomas", añadió.
El informe se publicó en la edición del 6 de junio de la revista Annals of Internal Medicine.
Más información
El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EE. UU. ofrece más información sobre los opioides y las benzodiacepinas.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Kun Zhang, PhD, senior service fellow and health scientist, National Center for Injury Prevention and Control, U.S. Centers for Disease Control and Prevention; Linda Richter, PhD, vice president, prevention research and analysis, Partnership to End Addiction; Annals of Internal Medicine, June 6, 2022
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