¿Un frotis de Papanicolau podría también detectar los cánceres de mama y de ovario?
MIÉRCOLES, 2 de febrero de 2022 (HealthDay News) -- Hace mucho que se utilizan los frotis de Papanicolau para detectar el cáncer de cuello uterino temprano, pero una investigación preliminar sugiere que las células del cuello uterino que se recolectan durante estas pruebas también podrían utilizarse para encontrar otros tipos de cáncer, entre ellos los letales tumores de ovario.
Los investigadores encontraron que, al analizar la "firma" molecular de las células del cuello uterino, podían identificar de forma precisa a las mujeres con un cáncer de ovario hasta un 71 por ciento de las veces. Usando un método similar, también fueron capaces de detectar a una mayoría de las mujeres que tenían un cáncer de mama con un mal pronóstico.
Los hallazgos sugieren que las firmas moleculares de las células del cuello uterino podrían estar detectando una predisposición a otros cánceres específicos de las mujeres, señaló el investigador sénior, el Dr. Martin Widschwendter, profesor de prevención y detección del cáncer de la Universidad de Innsbruck, en Austria.
Explicó que la esperanza es, algún día, tener una prueba de detección sencilla de "primera línea" para detectar cuatro cánceres: el de cuello uterino, el de endometrio, el de mama y el de ovario.
Las mujeres que se considere que tienen un riesgo alto de cualquiera de las enfermedades podrían entonces someterse a unas prueba de detección más intensivas para estas enfermedades, planteó Widschwendter. Anotó que de todos los cánceres que las mujeres desarrollan antes de los 65 años, más de la mitad son de mama, de ovario, de endometrio o de cuello uterino.
El cáncer de ovario, en particular, carece de una buena prueba para la detección de rutina. La enfermedad con frecuencia resulta letal, en gran medida porque en general se diagnostica después de que se ha propagado.
"Nuestro objetivo es identificar a la inmensa mayoría de mujeres que tengan un riesgo de desarrollar un cáncer específico de las mujeres, independientemente de los factores genético o no genéticos", comentó Widschwendter.
Pero una especialista en el cáncer de ovario instó a interpretar los resultados con precaución.
Muestran una "asociación moderada" entre la firma molecular y el cáncer de ovario, comentó la Dra. Rebecca Stone, directora del Servicio Kelly de Oncología Ginecológica del Hospital Johns Hopkins, en Baltimore.
"No muestran que sea predictivo ni diagnóstico", enfatizó Stone.
Apuntó que, para ver si la firma de las células del cuello uterino en realidad predice el cáncer, se necesitaría un estudio que dé seguimiento a un gran grupo de mujeres durante un periodo largo.
Widschwendter aseguró que se ha planificado un estudio de este tipo. Los últimos hallazgos se publicaron en la edición del 1 de febrero de la revista Nature Communications.
La investigación se enfoca en un proceso conocido como metilación del ADN, que son unas modificaciones químicas del ADN que no provocan mutaciones en los genes, pero que sí determinan si un gen está activado o inactivado en ciertos momentos.
Estas modificaciones se acumulan a lo largo de la vida de una persona, y son influidas por los genes y una amplia variedad de factores adicionales, entre ellos la dieta, el ejercicio, el tabaquismo y las hormonas, unas exposiciones que también influyen en el riesgo de cáncer.
Entonces, la firma de la metilación del ADN en las células del cuerpo se podrían considerar como un registro de las exposiciones vinculadas al cáncer de una persona, según Widschwendter.
Él y sus colaboradores están desarrollando una prueba llamada WID (por las siglas en inglés de Identificación del riesgo de las mujeres), que analiza la firma de la metilación del ADN en las células del cuello uterino, en parte porque se puede acceder a ellas de forma fácil mediante un frotis de Papanicolaou.
Esperan que, al calcular la puntuación de riesgo WID de las mujeres, puedan identificar a las que tienen un riesgo alto de desarrollar cualquiera de los cuatro cánceres.
En uno de los estudios participaron 242 mujeres con un cáncer de ovario y 869 sin la enfermedad. Encontraron que el índice WID identificó a un 71 por ciento de las mujeres menores de 50 años que tenían cáncer, y a alrededor de un 55 por ciento de las pacientes de a partir de 50 años.
Los investigadores validaron también la prueba en otro grupo de mujeres, en el cual 47 tenían cáncer de ovario y 225 no. Encontraron que el riesgo de cáncer de ovario aumentó en gran medida entre las mujeres cuyo índice de WID se encontraba en el 25 por ciento superior.
Como Stone, Widschwendter dijo que los hallazgos no prueban que el índice de WID en realidad prediga el cáncer de ovario. Pero planteó que las evidencias sugieren que la prueba, de hecho, detecta una predisposición al cáncer.
Por un lado, dijo, los resultados fueron similares en otro grupo de validación, de mujeres con una enfermedad distinta: el cáncer de endometrio.
Widschwendter también apuntó a un segundo estudio, en que participaron 329 mujeres con un cáncer de mama agresivo y 869 sin la enfermedad. El índice de WID pudo identificar a las mujeres sin la enfermedad, y las que puntuaron en el 25 por ciento superior presentaban un gran aumento en el riesgo de cáncer de mama.
Widschwendter dijo que los investigadores estudiarán si la prueba de WID puede identificar a las mujeres con un riesgo alto, y, de forma más importante, si unas medidas adicionales pueden detectar al cáncer temprano.
Para las mujeres en riesgo de un cáncer de mama agresivo, esto podría significar hacerse las pruebas con una mayor frecuencia, mediante IRM.
En cuanto a las mujeres en riesgo de un cáncer de ovario, esto podría significar la utilización de unos métodos que están bajo estudio, como una combinación de la prueba sanguínea CA 125 y una prueba que busca "ADN alterado de cáncer" en el plasma, comentó Widschwendter.
Stone interpretó los hallazgos con una mayor precaución. "Estos son datos para generar hipótesis", señaló. En este momento, caracterizar la prueba como que revela una predisposición al cáncer, añadió, "es exagerado".
En cuanto a la prevención de las muertes por cáncer de ovario, Stone apuntó a una alternativa a esperar unas pruebas avanzadas. Ha quedado claro, dijo, que los tumores de ovario más letales pueden en realidad comenzar en las trompas de Falopio, que conectan a los ovarios y al útero.
Los cánceres de ovario se podrían prevenir, sugirió Stone, al ofrecer a las mujeres la opción de extirpar sus trompas una vez acaben de tener hijos.
Más información
La Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society) ofrece un resumen sobre el cáncer de ovario.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Martin Widschwendter, MD, professor, cancer prevention and screening, University of Innsbruck, Austria, and professor, women's cancer, University College London; Rebecca Stone, MD, MS, director, Kelly Gynecologic Oncology Service, and associate professor, gynecology and obstetrics, Johns Hopkins School of Medicine, Baltimore; Nature Communications, Feb. 1, 2022, online
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