Un anticuerpo monoclonal podría ayudar a prevenir la malaria
JUEVES, 4 de agosto de 2022 (HealthDay News) -- Unos investigadores reportan unos hallazgos tempranos, pero alentadores, sobre una potencial forma nueva de prevenir la malaria, un antiguo enemigo que sigue siendo una importante causa de muerte en todo el mundo.
En un pequeño ensayo con voluntarios sanos, los investigadores del gobierno de EE. UU. encontraron que un anticuerpo desarrollado en el laboratorio protegió a la mayoría de los participantes de la infección con el parásito de la malaria, lo que incluyó a todos los que recibieron una dosis más alta del anticuerpo.
También mostraron que era posible administrar el anticuerpo mediante una inyección estándar, en lugar de las infusiones intravenosas que en general se utilizan para administrar los anticuerpos monoclonales. Esto será esencial, aseguraron los investigadores, para su uso en el "mundo real".
Los expertos advirtieron que todavía falta mucho trabajo. Pero también describieron los hallazgos como un avance "emocionante" contra una importante causa de muerte entre los niños en los países en desarrollo.
La malaria es provocada por un parásito que transmiten ciertos tipos de mosquitos. A pesar de varios esfuerzos de prevención (desde mosquiteras tratadas con insecticida hasta medicamentos que previenen la enfermedad), la malaria continúa cobrándose un alto precio.
En 2020, más de 240 millones de personas contrajeron malaria, y más de 600,000 murieron, la mayoría niños menores de 5 años en África subsahariana.
"Imagínese ser un padre que vive en un lugar con una alta transmisión de malaria", planteó el Dr. Robert Seder, del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE. UU. "Su hijo podría morir por la picadura de un mosquito".
El año pasado se dio un importante paso en la lucha contra la enfermedad: la Organización Mundial de la Salud aprobó la primera vacuna de la historia contra la malaria, para su uso en niños pequeños. La vacuna, llamada Mosquirix, se administra en tres dosis entre los 5 y los 17 meses de edad, con una cuarta dosis unos 18 meses más tarde.
Aunque la vacuna fue un avance bienvenido, no es una victoria completa. En promedio, reduce el riesgo de malaria de un niño en alrededor de un 36 por ciento a lo largo de cuatro años.
"Debemos mejorarla", aseguró Seder, investigador sénior del nuevo estudio.
Crear una vacuna con una alta efectividad contra la malaria es difícil, explicó Seder, debido a la complejidad de la infección parasitaria.
El parásito de la malaria pasa a través de distintas etapas vitales en el cuerpo humano. Cuando un mosquito infectado pica a alguien, "escupe" una pequeña cantidad de parásitos en la sangre, en una forma llamada esporozoito. Estos esporozoitos se desplazan entonces hasta el hígado, donde se multiplican y maduran.
Al final, los parásitos llegan a las células sanguíneas, momento en el que provocan la enfermedad, en general con fiebre y otros síntomas gripales. Sin un tratamiento rápido, puede haber complicaciones graves como la insuficiencia orgánica y la hinchazón cerebral.
Seder y sus colegas han estado desarrollando un método distinto para la prevención: un anticuerpo monoclonal que reconoce a una proteína de la superficie del esporozoito, con el objetivo de evitar que invada al hígado. El anticuerpo es una versión modificada en el laboratorio de uno natural que se aisló de un paciente que se había vacunado contra la malaria.
En teoría, un anticuerpo monoclonal podría funcionar mejor que una vacuna, aseguró Seder. Las vacunas dependen de entrenar al sistema inmunitario para que produzcan anticuerpos contra un invasor foráneo, y esta respuesta varía de una persona a otra.
Los anticuerpos monoclonales son más predecibles.
"Se administran a una dosis protectora, como llenar el tanque de gasolina", observó la Dra. Johanna Daily, especialista en enfermedades infecciosas del Colegio de Medicina Albert Einstein, en la ciudad de Nueva York.
Daily, que estudia la malaria, es autora de un editorial que se publicó en la edición del 4 de agosto de la revista New England Journal of Medicine junto con los nuevos hallazgos.
"Esto me emociona", afirmó Daily respecto al método de anticuerpos.
Los anticuerpos monoclonales son "muy específicos" para el invasor al que se dirigen, apuntó, y este se puede administrar mediante una inyección estándar, lo que podría hacer que su uso sea factible en los países donde más se necesita.
En el estudio actual participaron 23 adultos jóvenes de EE. UU., de los cuales 17 recibieron el anticuerpo monoclonal, ya fuera por vía intravenosa o por inyección. Los seis restantes sirvieron como grupo de comparación. Todos se expusieron de forma voluntaria, bajo condiciones controladas, a mosquitos que portaban el parásito de la malaria.
De los 17 que recibieron el anticuerpo, 15 quedaron protegidos del todo, y no mostraron parásito detectable en la sangre tres semanas tras la infección controlada. Esto incluyó a los seis voluntarios que recibieron una dosis más alta del anticuerpo.
Al contrario, las seis personas del grupo de comparación tenían parásitos en la sangre, y fueron tratadas con los antimaláricos estándar.
El anticuerpo que usó el equipo de Seder es una forma más potente de uno que evaluaron en un ensayo anterior, que se publicó hace un año. Los investigadores estiman que esta nueva versión podría, tras una inyección, proteger a un niño pequeño contra la malaria durante 6 a 12 meses.
"Hemos mostrado que se puede administrar a través de la ruta estándar, en lugar de la vía intravenosa, y no hay que administrar mucho, lo que resuelve el tema del costo", anotó Seder.
La desventaja de los anticuerpos monoclonales es que se agotan en algún momento, y habría que repetir las inyecciones hasta que los niños superen los años de riesgo.
Una ventaja, según Seder, es que todos los anticuerpos modificados están altamente dirigidos al parásito, frente a la respuesta variada que una vacuna produce, en que algunos anticuerpos son muy efectivos, y otros no tanto.
"Es como tener un equipo en que todo el mundo es Michael Jordan", señaló Seder.
Ya se está llevando a cabo un estudio del método en el mundo real, en Mali, y otro comenzará en Kenia, anotó Seder.
Si la táctica resulta efectiva, dijo Daily, una pregunta será cómo encaja con los esfuerzos de prevención existentes, entre ellos la vacuna. Seder planteó que una posibilidad podría ser vacunar a los bebés, entonces administrar el anticuerpo como refuerzo, quizá una vez al año, durante varios años.
Una pregunta más importante, tanto para la vacuna como para el anticuerpo, es si el parásito evolucionará para evadirlos. Esto es algo que solo el tiempo dirá, añadió Daily.
Más información
El Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE. UU. ofrece más información sobre la malaria.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Robert Seder, MD, Vaccine Research Center, U.S. National Institute of Allergy and Infectious Diseases, Bethesda, Md.; Johanna Daily, MD, MS, professor, medicine, microbiology and immunology, Albert Einstein College of Medicine, Bronx, N.Y.; New England Journal of Medicine, Aug. 4, 2022
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