Ser padres de adolescentes puede ser duro. La estrechez hace toda la diferencia.
MARTES, 11 de octubre de 2022 (HealthDay News) -- Los padres que hacen un esfuerzo por pasar tiempo de calidad con sus hijos adolescentes, mientras les ofrecen afecto y comprensión, tienen más probabilidades de mantener relaciones estrechas con ellos a medida que entran en la adultez, sugiere una nueva investigación.
"Los datos ofrecen un panorama claro: se cosecha lo que se siembra", aseguró el autor principal, Gregory Fosco, profesor de estudios del desarrollo humano y la familia de la Universidad Estatal de Pensilvania.
Los padres que permanecen implicados y que continúan compartiendo actividades con sus hijos adolescentes encuentran que permanecen más en contacto en la adultez, señaló.
"Los padres que continúan elogiando y respaldando a su hijo adolescente tienen una relación más estrecha y conectada con su hijo adulto", añadió Fosco. "Y los padres que son constantes, claros y amables en su disciplina con sus hijos adolescentes sientan las bases para que haya menos fricción con su hijo adulto".
Los hallazgos provienen de una encuesta que abarcó varios años, que dio seguimiento a unos 1,600 jóvenes en la parte rural o semirrural de Iowa y Pensilvania. Nueve de cada 10 eran blancos, y poco más de la mitad eran chicas. Se le administró la primera encuesta en el sexto curso, y luego cada año hasta que se graduaron de la escuela secundaria. Entonces, los investigadores volvieron a realizar otra encuesta cuando tenían 22 años.
Mientras estaban en la secundaria, se preguntó a los adolescentes cuánto tiempo pasaban con sus padres en varios tipos de actividades, como el trabajo escolar, los deportes o el tiempo libre. También se les pidió que evaluaran qué tan cálidos y abiertamente afectuosos eran sus padres para ellos, además de qué tan duros o comedidos eran sus padres al disciplinarlos.
Como adultos jóvenes, se preguntó a los participantes con qué frecuencia tenían contacto con sus padres, ya fuera en persona o de otra forma. También reportaron qué tan cercanos se sentían a sus padres, y qué tan probable era que compartieran abiertamente cualquier sentimiento positivo o rabia respecto a la forma en que los criaron.
El resultado fue que mientras más tiempo pasaban los padres con sus hijos adolescentes, más probable era que estuvieran contacto con ellos a principios de la veintena.
De forma similar, era más probable que unas interacciones más cálidas entre los padres y los adolescentes fomentaran unas conexiones cálidas entre los padres y sus hijos adultos jóvenes.
Los hallazgos parecieron sostenerse independientemente del género, la raza, los ingresos familiares o la vivienda de los adultos jóvenes.
Aun así, Fosco reconoció que "criar a adolescentes puede ser complicado", y que mantener una relación estrecha durante la turbulencia de la adolescencia es más fácil de decir que de hacer.
De hecho, es importante que los padres comprendan que en general la confusión se da en ambas partes, planteó Robin Kowalski, un profesor de psicología de la Universidad de Clemson, en Clemson, Carolina del Sur, que no participó en el estudio.
Apuntó que "en un momento en que los jóvenes intentan establecer cierta independencia y averiguar quiénes son en realidad, aparece el caos junto con la tirantez en sus relaciones tanto con sus pares como con sus padres, y se sienten incómodos en sus propios cuerpos debido a los cambios que conlleva la pubertad".
Aseguró que el resultado es que "la agitación emocional que los adolescentes experimentan, junto con su deseo de independencia, con frecuencia los lleva a distanciarse de sus padres".
Fosco se mostró de acuerdo.
"La adolescencia es una época de un cambio considerable", aseguró. "Los adolescentes buscan más autonomía y pasar tiempo lejos de sus familias. Con frecuencia, los padres reconocen que deben ajustar su estilo de crianza a medida que sus adolescentes crecen, pero quizá se sientan inseguros sobre cómo hacerlo. ¿Deberían elogiarlo y animarlo, o dejarlo tranquilo? ¿Deben los padres hacer el esfuerzo de pasar tiempo con su hijo adolescente, o permitirle que esté con sus amigos? ¿Deben los padres mantener las normas y límites sobre la conducta del adolescente, o deben tratarlo como a un adulto?".
Los hallazgos sugieren que aunque la crianza debe cambiar con el tiempo, los padres no deben retirarse demasiado rápidamente, apuntó Fosco.
Kowalski repitió ese consejo, y sugirió que los padres informen a su hijo adolescente que están disponibles y dispuestos a ayudar siempre que sea necesario.
Con ese objetivo, Fosco aconsejó a las mamás y a los papás que busquen los momentos "perfectos", en que mostrarse afectuoso con un adolescente sea posible y también tenga la mayor efectividad.
Estos son algunos ejemplos: "Si a su hijo adolescente le da vergüenza que lo alaben frente a los demás, encuentre momentos en que esté solo para ofrecer un cumplido sincero o decirle que lo quiere", sugirió Fosco. "Si su hijo adolescente prefiere pasar tiempo con sus amigos, use el desplazamiento en coche para dejarlo o recogerlo como forma de pasar tiempo cara a cara con su hijo adolescente, al mismo tiempo que respalda sus relaciones sociales. Los desplazamientos en coche son un magnífico momento para ponerse al día durante unas conversaciones breves. Podría cocinar la comida favorita de su hijo adolescente, para poder sentarse juntos. A veces, los pequeños momentos son cuando los padres tienen la oportunidad de 'estar ahí', si encuentran oportunidades en la vida diaria".
En cuanto a la disciplina, añadió Fosco, intente explicar el motivo exacto por el que es necesario tener una hora límite o mantenerse en contacto.
"Puede ser sorprendente la frecuencia con que compartir los motivos de las decisiones de crianza puede ayudar a los adolescentes a comprender esas decisiones, incluso cuando no les gustan", añadió.
La investigación se publicó en una edición reciente de la revista Developmental Psychology.
Más información
Aprenda más sobre la crianza de los hijos adolescentes en la Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association).
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTE: Gregory Fosco, PhD, professor, human development and family studies, and associate director, Edna Bennett Pierce Prevention Research Center, Pennsylvania State University, University Park, Pa.; Robin Kowalski, PhD, professor, psychology, College of Behavioral, Social and Health Sciences, Clemson University, Clemson, S.C.; Developmental Psychology, Sept. 1, 2022
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