La vitamina D podría ayudarlo a evitar la demencia
MARTES, 7 de marzo de 2023 (HealthDay News) -- ¿Puede la vitamina D reducir el riesgo de demencia?
Es muy posible, informa un equipo de investigadores británicos y canadienses.
En su estudio, los investigadores pasaron alrededor de una década dando seguimiento a más de 12,000 personas mayores. Ninguna tenía demencia al inicio del periodo del estudio. Al final, el equipo determinó que los que habían tomado complementos de vitamina D durante ese periodo parecieron enfrentarse a un riesgo de demencia un 40 por ciento más bajo, en comparación con los que nunca tomaron los complementos.
Aun así, Claire Sexton, directora sénior de programas y alcance científicos de la Asociación del Alzheimer (Alzheimer's Association), advirtió que se necesita mucha más investigación para comprender mejor un posible vínculo entre la vitamina D y el riesgo de demencia.
Por un lado, anotó que el equipo del estudio no monitorizó la cantidad de complementos de vitamina D que tomó ninguno de los participantes, ni tampoco durante cuánto tiempo los tomaron. De manera similar, los niveles generales de vitamina D de los pacientes nunca se evaluaron, ni al principio ni al final del estudio.
Además, el estudio fue observacional, añadió Sexton, lo que significa que no se dijo en ningún momento a los pacientes que tomaran o no vitamina D. Esto implica que el estudio no puede probar que la vitamina D en realidad haga que el riesgo de demencia se reduzca.
Aun así, el autor del estudio, el Dr. Zahinoor Ismail, afirmó que las nuevas evidencias del poder de la vitamina D contra la demencia tienen "una gran plausibilidad biológica".
Por ejemplo, investigaciones anteriores indican que las personas que portan unas mutaciones genéticas que hacen que tengan unos niveles bajos de vitamina D "desarrollan Alzheimer con mucha más frecuencia que las que no las portan", comentó Ismail, profesor de psiquiatría, neurología, epidemiología y patología del Instituto del Cerebro Hotchkiss y del Instituto de Salud Pública O'Brien de la Universidad de Calgary, en Alberta, Canadá.
Añadió que también se ha mostrado que la vitamina D es antinflamatoria, y clave para prevenir la acumulación tanto de "ovillos" anómalos de proteína como de placa de beta amiloide en el cerebro. Ambos son características del Alzheimer, y la segunda se cita con frecuencia como una causa probable.
"No me sorprende que encontráramos algo", afirmó Ismail.
El equipo del estudio anotó que, actualmente, un estimado de 50 millones de personas de todo el mundo viven con cierto grado de demencia, y se prevé que esa cifra se haya triplicado en 2050.
Al mismo tiempo, se piensa que la deficiencia de vitamina D es un problema para alrededor de mil millones de personas.
Para explorar el beneficio protector potencial de los complementos de vitamina D en los estadounidenses mayores, el equipo del estudio se enfocó en miles de pacientes que se habían inscrito antes en uno de 40 Centros de Investigación sobre la Enfermedad de Alzheimer de todo Estados Unidos.
Los participantes tenían una edad promedio de 71 años, y un 80 por ciento eran blancos. El grupo de pacientes incluyó tanto a los que no tenían señales de deterioro mental como los que se enfrentaban a un deterioro cognitivo leve (DCL).
Del grupo completo de pacientes, unos 2,700 desarrollaron demencia. Pero el riesgo pareció diferir según los hábitos de vitamina D.
Por ejemplo, el equipo encontró que a lo largo del periodo del estudio, poco menos de 4 de cada 10 habían tomado vitamina D, y en ese grupo el riesgo de demencia era de casi un 15 por ciento.
Pero en alrededor del 60 por ciento que nunca tomaron complementos de vitamina D, esa cifra se disparó hasta un 26 por ciento.
Y tras tomar en cuenta una variedad de factores (como la edad, el sexo, la raza, el estatus de depresión y el historial educativo), el equipo concluyó que los complementos de vitamina D se vinculaban con una reducción de un 40 por ciento en el riesgo de demencia, en comparación con no tener una exposición.
Tomar vitamina D también se vinculó con unas tasas de supervivencia notablemente mejores, encontraron los investigadores.
Por ejemplo, alrededor de un 84 por ciento de los que habían tomado complementos de vitamina D seguían con vida cinco años tras el inicio del estudio. Esta cifra se redujo a poco más de un 68 por ciento entre los que nunca habían tomado vitamina D.
Los hallazgos se publicaron en la edición en línea del 1 de marzo de la revista Alzheimer’s & Dementia: Diagnosis, Assessment & Disease Monitoring, una publicación de la Asociación del Alzheimer.
Los investigadores anotaron que el efecto protector aparente de la vitamina D fue notablemente más fuerte entre los que no tenían un deterioro mental anterior, en comparación con los que ya tenían un DCL. Esto sugiere que los complementos de vitamina D quizá tengan el mayor impacto respecto a la protección de la demencia cuando se comienzan más bien temprano que tarde.
Pero Ismail apuntó que uno de los hallazgos más importantes y sorprendentes fue una considerable brecha sexual en el impacto de la vitamina D en el riesgo de demencia. SI bien los complementos de vitamina D se vincularon con un riesgo de demencia un 50 por ciento más bajo en las mujeres, esta cifra se redujo a apenas un 25 por ciento en los hombres.
¿Por qué? Ismail dijo que quizá tenga que ver con la caída en los niveles de estrógeno durante la perimenopausia y la menopausia, dado que "el estrógeno ayuda a activar a la vitamina D. Entonces, quizá las mujeres tienen una deficiencia de vitamina D relativamente más grande que los hombres, de manera que los complementos tienen un mayor efecto".
¿Qué deben pensar las personas mayores? ¿Deberían los complementos de vitamina D formar ahora parte del régimen de salud diario de todo el mundo? No, aclaró Sexton.
Dadas las "significativas limitaciones" de la investigación más reciente, "no se recomienda comenzar con los complementos de vitamina D para reducir el riesgo de demencia", señaló, aunque Sexton aconsejó a todo el que esté sopesando tomar esta medida que "siempre hable con el proveedor de atención de la salud antes de comenzar a tomar complementos u otras intervenciones dietéticas, e infórmele sobre lo que ya esté tomando".
Ismail, que toma vitamina D, se mostró más ambiguo.
"Aunque la vitamina D puede hacer bien, también puede hacer daño", reconoció, y resaltó el impacto adverso que las dosis muy altas pueden tener en la salud ósea. "Pero diría que si las personas la van a tomar de cualquier forma, lo deben hacer con cuidado", y siempre dentro de los límites de dosificación recomendados en el país respectivo del paciente.
Con frecuencia, la vitamina D se conoce como la "vitamina de la luz solar", porque la luz solar es una fuente de este nutriente. Además, ciertos tipos de alimentos, entre ellos los huevos, el pescado graso y el marisco, pueden ser fuentes dietéticas naturales de vitamina D. La vitamina también se añade con frecuencia a alimentos básicos, como la leche y los cereales para el desayuno.
Más información
Aprenda más sobre la demencia en la Asociación del Alzheimer.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Zahinoor Ismail, MD, professor, psychiatry, neurology, epidemiology and pathology, Hotchkiss Brain Institute and O’Brien Institute for Public Health, University of Calgary, Alberta, Canada; Claire Sexton, DPhil, senior director, scientific programs & outreach, Alzheimer's Association, Chicago; Alzheimer’s & Dementia: Diagnosis, Assessment & Disease Monitoring, March 1, 2023, online
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