El ejercicio puede ayudar a reducir la peligrosa grasa que rodea al hígado
LUNES, 13 de febrero de 2023 (HealthDay News) -- Con frecuencia, se aconseja a los pacientes con enfermedad del hígado graso no alcohólico que pierdan peso, pero esto puede resultar difícil y tarda un tiempo.
Ahora, unos investigadores informan que encontraron otra estrategia que puede ayudar a reducir la grasa en el hígado en las personas con esta afección, que afecta a casi un 30 por ciento de la población global.
Hacer unos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada por semana, la recomendación exacta de los expertos en salud pública del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., redujo de forma significativa la grasa del hígado de los pacientes, mostró un nuevo metaanálisis.
"Paso mucho tiempo intentando ayudar a mejorar las vidas de nuestros pacientes con enfermedad del hígado graso no alcohólico [EHGNA]", comentó el Dr. Jonathan Stine, profesor asociado de medicina y ciencias de la salud pública y hepatólogo del Centro Médico Milton S. Hershey de Penn State Health, en Hershey, Pensilvania.
"En este momento, todavía no tenemos una terapia con medicamentos o incluso una cura para esta afección aprobada por una agencia reguladora. Y en este país hay unos 100 millones de adultos que la tienen", anotó Stine.
Aunque la investigación había mostrado que el ejercicio puede mejorar la grasa del hígado, la condición física, la composición corporal y la calidad de vida, no se sabía qué cantidad específica de ejercicio podía lograrlo.
En este estudio, los investigadores consideraron que una reducción relativa de un 30 por ciento en la grasa del hígado, según midieron con IRM, era una mejora significativa. Entonces, revisaron 14 ensayos aleatorios controlados con un total de 551 personas con EHGNA.
Los investigadores encontraron que, independientemente de la pérdida de peso, era 3.5 veces más probable que se alcanzara esta pérdida de grasa en el hígado mediante el ejercicio, en comparación con la atención estándar.
Entonces, determinaron la dosis óptima de ejercicio, y encontraron que un 39 por ciento de los pacientes que hacían un ejercicio enérgico durante 150 minutos a la semana o más lograron una respuesta significativa al tratamiento, frente a un 26 por ciento de los que hacían menos ejercicio.
"Hay cada vez más evidencias de que el ejercicio, aunque no se pierda ni una libra, tiene muchos efectos beneficiosos", enfatizó Stine. "De verdad cuestionaría la idea de que recetamos ejercicio como forma de que alguien pierda peso, sino que más bien se puede pensar más en mejorar la salud general ante la ausencia de una pérdida de peso con una significación clínica".
Estas reducciones fueron similares a las reportadas en ensayos clínicos en etapa temprana entre personas con "EHNA", que los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. describen como inflamación y daño en el hígado, junto con grasa en el hígado.
Un ejemplo de ejercicio moderado sería una caminata a paso vivo en que una persona comienza a sudar, pero todavía puede tener una conversación con un compañero de caminata, aclaró Stine. Otro ejemplo sería montar bicicleta a un paso ligero.
"Lo mejor de la actividad de intensidad moderada es que de verdad todo el mundo puede realizarla, incluso la población sedentaria", dijo Stine.
La grasa en el hígado al final conduce a la inflamación, y puede progresar con el tiempo a fibrosis, cirrosis, enfermedad hepática en etapa final o cáncer de hígado.
No está claro cuánto tiempo el régimen de ejercicio tardaría en funcionar, pero los estudios del metaanálisis duraron entre cuatro semanas y un año.
Stine sugiere ir más allá de obsesionarse con los números, hasta plantearse ser más físicamente activo.
"De verdad solo enfocarse en la actividad en lugar de en perder peso es la moraleja más importante de este estudio, en mi opinión", apuntó Stine.
Los hallazgos se publicaron en una edición reciente en línea de la revista American Journal of Gastroenterology.
Perder peso ha sido la piedra angular de la gestión de la EHGNA durante mucho tiempo, y el ejercicio, junto con cambios en la dieta, es una parte importante de esto, señaló la Dra. Ani Kardashian, profesora asistente de la división de gastroenterología de la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California, en Los Ángeles.
"Pero lo que esto sugiere es que en realidad se puede conseguir cierta reversión de la grasa solo con el ejercicio, incluso sin perder peso, lo que es magnífico, en realidad muy magnífico, porque es alentador para los pacientes", afirmó Kardashian, que no participó en el estudio.
¿Por qué el ejercicio podría reducir la grasa del hígado?
Kardashian sugiere que quizá queme el tipo de grasa que se acumula alrededor del área estomacal, y que se asocia más con la acumulación de grasa en el hígado.
La EHGNA es bastante común, anotó.
"Y el motivo de que sea tan mala es que, igual que el alcohol puede provocar daño a través de la inflamación en el hígado, la grasa puede hacer exactamente lo mismo", advirtió Kardashian.
A Kardashian le gustaría ver más investigación sobre el impacto del ejercicio en la inflamación y la cicatrización del hígado, pero comentó que sería bueno proveer a los pacientes la información sobre el impacto en la grasa del hígado.
"Mi mensaje para mis pacientes será que el ejercicio regular puede tener un efecto muy positivo en el hígado. Aunque tenga dificultades para perder peso, puede de cualquier forma conducir a que la cantidad de grasa en el hígado baje o se reduzca", añadió Kardashian.
Más información
El Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales de EE. UU. tiene más información sobre la enfermedad del hígado graso no alcohólico.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Jonathan Stine, MD, MSc, associate professor, medicine and public health sciences, and hepatologist, Penn State Health Milton S. Hershey Medical Center, Hershey, Pa.; Ani Kardashian, MD, assistant professor, medicine, division of gastroenterology and liver diseases, Keck School of Medicine, University of Southern California, Los Angeles; American Journal of Gastroenterology, Jan. 30, 2023, online
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