La marihuana medicinal puede controlar el dolor de los pacientes con cáncer de forma segura, según un estudio
MIÉRCOLES, 3 de mayo de 2023 (HealthDay News) -- La marihuana medicinal puede reducir el dolor por el cáncer de forma segura, y aparentemente es tan efectiva que los pacientes al final toman unas cantidades más bajas de opioides y otros analgésicos, informa un estudio reciente.
La marihuana produjo reducciones clínicamente significativas en el peor dolor, el promedio de dolor y la intensidad general del dolor de los pacientes con cáncer, aseguró el investigador sénior, el Dr. Antonio Vigano, profesor asociado de oncología y medicina del Centro de Salud de la Universidad de McGill, en Montreal.
"El cannabis medicinal se puede introducir de forma segura en la atención de los pacientes con cáncer, y de verdad puede conducir a una reducción en distintos parámetros mediante los cuales medimos el dolor relacionado con el cáncer", señaló Vigano. "Estas reducciones en estas medidas pueden ser estables, y pueden durar durante hasta un año de seguimiento".
Añadir cannabis al régimen de dolor de un paciente también provocó una reducción de hasta un 32 por ciento en el uso de opioides y otros analgésicos, según el estudio.
"Como consecuencia de usar marihuana, también pudimos ver una reducción en el consumo general de medicamentos", dijo Vigano. Estas reducciones incluyeron a los opioides, los antidepresivos, los anticonvulsivos y los antiinflamatorios no esteroides (AINE).
Hasta ahora, el cannabis medicinal se ha considerado en gran medida como una forma de tratar las náuseas y los vómitos provocados por la quimioterapia, apuntaron los investigadores en las notas de respaldo. Dos medicamentos derivados de la marihuana, el dronabinol y la nabilona, han sido aprobados para este uso.
En este estudio, Vigano y sus colegas monitorizaron durante hasta un año a 358 adultos con cáncer, cuyos datos de tratamiento se enviaron al Registro de Cannabis de Quebec, entre mayo de 2015 y octubre de 2018.
La edad promedio de los pacientes era de 57 años, y los diagnósticos de cáncer más comunes fueron genital y urinario, de mama y de colon.
El dolor fue el síntoma reportado con la mayor frecuencia que dio lugar a una receta de cannabis medicinal: un 72 por ciento de los casos lo citaron, encontraron los investigadores.
La mayoría de los pacientes tomaron su cannabis medicinal por vía oral (un 57 por ciento), a través de aceites o cápsulas, dijo Vigano. Alrededor de un 13 por ciento fumaron o inhalaron marihuana, y un 25 por ciento combinaron uno o más modos de administración.
Los pacientes ingresaron al estudio con su peor dolor, de alrededor de 5.5 en una escala de 1 a 10, dijo Vigano.
A los nueve meses, los pacientes que usaban marihuana tuvieron una reducción de un 35 por ciento en sus peores niveles de dolor, y una reducción de un 43 por ciento en el grado en que el dolor por el cáncer interfería con sus vidas diarias.
Tras un año, los pacientes también tuvieron una reducción de un 33 por ciento en el dolor promedio, y una reducción de un 32 por ciento en la intensidad general de su dolor.
Estas reducciones fueron clínicamente significativas, con una potencia suficiente para que no se puedan considerar un "efecto placebo", apuntó Vigano.
Pero los efectos de la marihuana medicinal tendían a menguar con el tiempo, al igual que la capacidad de la droga de reducir la necesidad de un paciente de otros analgésicos, encontraron los investigadores.
Por ejemplo, el uso de opioides se había reducido en un 31 por ciento a los seis meses, pero a los nueve meses, solo se había reducido en un 14 por ciento, en comparación con el inicio del estudio.
Es probable que estos efectos mengüen porque el dolor aumenta a medida que el cáncer empeora, lamentó Vigano.
"A los seis meses, probablemente se puede observar el efecto máximo del cannabis medicinal antes de que la enfermedad progrese y las ganancias que se establecieron antes se pierdan un poco", dijo Vigano.
Lo que mejor funcionó
Los productos más efectivos para el alivio del dolor contenían una mezcla equilibrada de THC, la sustancia de la marihuana que es psicoactiva, y cannabidiol (CBD). El CBD no es psicoactivo, y una receta de un aceite de CBD, llamado Epidiolex, ha sido aprobada para tratar la epilepsia.
Los productos con una mezcla equilibrada de THC/CBD redujeron un número mayor de medidas del dolor que los productos en que el THC o el CBD dominaban, apuntaron los investigadores.
Los dos efectos secundarios más comunes de la marihuana medicinal fueron somnolencia, que tres pacientes reportaron, y fatiga, que dos reportaron, señalaron los investigadores.
"Apenas cinco pacientes tuvieron que parar el cannabis medicinal debido a los efectos secundarios", comentó Vigano. "Todos los efectos secundarios adversos en realidad se gestionaron al reducir la dosis y ajustar o cambiar el producto".
Vigano piensa que es probable que el cannabis ayude a los pacientes a afrontar en dolor, en vez de provocar una reducción real en la intensidad del dolor.
"En realidad se trata de la capacidad de disociar al paciente de su experiencia de dolor", observó Vigano. "Es frecuente que un paciente me diga que el dolor sigue ahí, pero que puede vivir con el dolor. Y en realidad esto es lo que la marihuana medicinal puede proveer. Afrontan mejor a esta fuente de sufrimiento físico".
Los hallazgos se publicaron en la edición del 2 de mayo de la revista BMJ Supportive & Palliative Care.
El nuevo estudio "refuerza lo que veo en la clínica en mi propio consultorio", aseguró el Dr. Raja Flores, presidente de cirugía torácica del Sistema de Salud Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.
"Receto marihuana medicinal, y la encuentro útil, sobre todo para los pacientes con una enfermedad avanzada que toman muchos medicamentos", dijo Flores. "De verdad parece reducir la cantidad de analgésicos y opioides que usan, lo que a su vez les permite sentirse mejor, menos estreñidos. Aumenta su apetito, y mejora un poco su estado de ánimo".
Pero Flores enfatizó que los productos de marihuana medicinal (no los recreativos) son los que han resultado útiles en su práctica, y en participar para algunos pacientes con cáncer.
"Debe tratarse del paciente adecuado. No es para todo el que tenga cáncer, debe tratarse de una persona que de verdad esté quedando incapacitada no solo por el cáncer, sino por los medicamentos, por los opioides, los analgésicos, los antieméticos", planteó Flores. "Con frecuencia, cuando los pacientes tienen un cáncer intratable, no es solo el cáncer, sino todo lo que les están dando que tiene muchos efectos secundarios. Y si la marihuana medicinal puede reducir la cantidad de fármacos que toman, pienso que es algo bueno".
A pesar de estos hallazgos, Vigano dijo que la marihuana se debe seguir considerando solo como una herramienta en el arsenal para controlar el dolor, no un sustituto.
"Mi definición del cannabis medicinal es un tratamiento complementario que puede ser efectivo en ciertos pacientes y que puede conducir a una reducción en la medicación", aclaró Vigano. "Pero el cannabis medicinal tiene que ser una opción complementaria, no una alternativa".
Podría haber situaciones "en las que es la única opción disponible debido a que los pacientes toleran mal los fármacos convencionales", añadió Vigano. "Pero diría que esto es más la excepción que la regla".
Vigano añadió que la marihuana que se utiliza en los ámbitos de la atención de la salud, como el tratamiento para el cáncer, debe ser gestionada por médicos, para garantizar unas dosis adecuadas de unos productos efectivos.
"El cannabis medicinal debe ser supervisado por profesionales de la salud. La decisión de qué hacer no se puede dejar en manos de los pacientes ni en manos de las personas que comercian con cannabis que no se vende con fines médicos, sino que se vende con fines recreativos", enfatizó Vigano.
En respuesta a este estudio, la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society) comentó que "respalda la necesidad de más investigación científica sobre los cannabinoides para los pacientes con cáncer, y reconoce la necesidad de unas terapias mejores y más efectivas que puedan superar los efectos secundarios del cáncer y su tratamiento, que a veces son debilitantes".
"La Sociedad también considera que la clasificación de la marihuana como una sustancia controlada de clasificación I de la Administración de Control de Drogas de EE. UU. impone muchas condiciones para los investigadores, y disuade del estudio científico de los cannabinoides", indicó la sociedad en su declaración. "Las autoridades federales deben examinar unas opciones coherentes con la ley federal para permitir un mayor estudio científico de la marihuana".
Más información
La Sociedad Americana Contra El Cáncer ofrece más información sobre la marihuana y el cáncer.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Antonio Vigano, MD, associate professor, oncology and medicine, McGill University Health Center, Montreal, Quebec, Canada; Raja Flores, MD, chair, thoracic surgery, Mount Sinai Health System, New York City; BMJ Supportive & Palliative Care, May 2, 2023; statement, American Cancer Society
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