Un ‘trágico hito’: la COVID-19 se ha cobrado las vidas de 1 millón de estadunidenses
JUEVES, 12 de mayo de 2022 (HealthDay News) -- Es un número que muchos estadunidenses han anticipado con tristeza, pero que de cualquier forma quizá les resulte difícil de entender: más de un millón de sus compatriotas han fallecido por la COVID-19.
"Hoy marcamos un trágico hito: un millón de vidas de estadounidenses perdidas por la COVID-19", señaló el Presidente Joe Biden en un discurso que se publicó el jueves en la mañana en el sitio web de la Casa Blanca. "Un millón de sillas vacías alrededor de la mesa. Cada una de ellas una pérdida irremplazable. Cada una de ellas deja a una familia, una comunidad y un país cambiado para siempre debido a esta pandemia. Jill y yo oramos por cada una de ellas".
Biden ordenó que las banderas de EE. UU. se izaran a media asta el jueves para honrar a los fallecidos.
"Como país, no debemos quedar entumecidos ante esta pena", enfatizó Biden. "Para sanar, debemos recordar. Debemos seguir vigilantes contra esta pandemia, y hacer todo lo que podamos por salvar la mayor cantidad de vidas posible".
El conteo de muertes por la COVID-19 en Estados Unidos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. era de 995,747 el jueves en la mañana, pero se prevé que esa cifra pronto llegue a un millón. Un conteo de muertes por la COVID recopilado por rastreadores de la Universidad Johns Hopkins determina que el número se acerca a los 999,000.
El primer caso fatal reportado a los CDC ocurrió en el estado de Washington el 29 de febrero de 2020, aunque investigaciones más recientes sugieren ahora que las primeras muertes de estadounidenses quizá hayan ocurrido a principios de enero de ese año.
Para muchos expertos que han monitorizado el implacable avance de la COVID-19 a través de la población, no tenía por qué ser así.
El Dr. William Schaffner es director médico de la National Foundation for Infectious Diseases. Culpó a la politización de la pandemia de la administración de Trump, y citó los mensajes contradictorios y los datos incompletos que evitaron que muchos estadounidenses tomaran medidas que podrían haber salvado vidas.
La comunicación es crucial en una pandemia, aseguró Schaffner, y Estados Unidos no emitió unas explicaciones e indicaciones claras mientras la COVID asolaba al país.
"Se convirtió en algo muy político", lamentó Schaffner. "En la misma conferencia de prensa, se podía ver a líderes políticos que decían una cosa, y tres minutos más tarde líderes de salud pública decían algo que era todo lo contrario. Y esto siguió pasando, lo que provocó un nivel increíble de confusión e información falsa a la que todavía nos enfrentamos ahora".
"Cuando los líderes políticos dicen en la misma oración que hay que usar máscaras, pero que ellos no van a usarlas, de verdad hay un problema", enfatizó.
Al final, la gestión de la crisis se delegó a los estados individuales, anotó Schaffner. Esto creó una situación parecida a una orquesta desincronizada.
En los países a los que les fue mejor contra el SARS-CoV-2, "hay un director de orquesta [político], y todos tocan la misma partitura", algo que Schaffner cree que no ocurrió en Estados Unidos.
"A los países que tuvieron políticas nacionales les fue mejor que a los que fraccionaron su liderazgo", explicó.
Los científicos tampoco son del todo inocentes, aseguró Schaffner.
"Los epidemiólogos nos dimos cuenta con lentitud que la COVID era distinta de los demás coronavirus que habían saltado de especie hacia la población humana", dijo. "Eran difíciles de transmitir, y al principio pensamos que la COVID era igual. Resultó ser un virus muy distinto. Se transmitía con mucha facilidad. Había mucha infección asintomática, y se propagaba con muchísima rapidez. Los epidemiólogos tardamos demasiado en darnos cuenta".
Otro experto cree que la rápida aparición y despliegue de unas vacunas efectivas contra la COVID-19 en 2021 podría haber sido una oportunidad para ralentizar los casos fatales de COVID.
Pero "el aspecto más significativo del número de muertes es el hecho de que ocurrieron más muertes después de que la vacuna estuvo disponible que antes", anotó el Dr. Amesh Adalja, experto sénior del Centro de Seguridad de la Salud Johns Hopkins, en Baltimore.
"Una proporción extremadamente alta de las muertes son prevenibles por la vacuna y, en efecto, fueron elegidas o deliberadas porque las personas rechazaron las vacunas y creyeron información falsa y teorías de la conspiración", añadió Adalja.
Más información
Averigüe más sobre la COVID-19 en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Amesh Adalja, MD, senior scholar, Johns Hopkins Center for Health Security, Baltimore; William Schaffner, medical director, National Foundation for Infectious Diseases, Bethesda, Md.; White House, May 12, 2022
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