Es más probable que las mujeres blancas reciban una mejor gestión del dolor tras el parto
LUNES, 25 de abril de 2022 (HealthDay News) -- Tras dar a luz, algunas mujeres que reciben una epidural para el dolor desarrollan un dolor de cabeza debilitante. Pero las mujeres de las minorías tienen menos probabilidades que las madres blancas de recibir el tratamiento que puede ofrecer alivio, según un estudio reciente.
Los investigadores también encontraron que incluso cuando las mujeres de los grupos minoritarios recibían esta atención, era más probable que se retrasara.
"Hay una brecha en la calidad de la atención que se administra a las mujeres de las minorías", lamentó la coautora del estudio, la Dra. Allison Lee, anestesióloga del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York. "No podemos explicar por completo todos los motivos al observar datos retrospectivos, pero sabemos que hay una brecha, y que se debe resolver".
Aunque investigaciones anteriores se han enfocado en las disparidades raciales y étnicas en los resultados maternos e infantiles, hay poca investigación específica sobre la atención anestésica en la obstetricia, apuntó Lee.
En este estudio, los investigadores examinaron la gestión de lo que se conoce como dolor de cabeza posterior a punción lumbar, y un tratamiento conocido como parche sanguíneo epidural.
Este dolor de cabeza ocurre cuando la duramadre que rodea a la médula espinal sufre una perforación accidental cuando se administra una epidural para aliviar el dolor del parto. Provoca un derrame de líquido cefalorraquídeo.
"En general, se caracteriza por un dolor de cabeza cuando la paciente está de pie o sentada, que desaparece cuando se acuesta", apuntó la Dra. Veronica Gillispie-Bell, jefa de la sección de servicios de la mujer de Ochsner Health, en Nueva Orleáns. Gillispie-Bell no participó en el estudio.
"Es un dolor de cabeza debilitante", comentó Gillispie-Bell. "De verdad no pueden funcionar, porque como puede imaginarse, una nueva mamá debe estar de pie o sentada para hacer la mayoría de sus actividades de madre reciente, y es muy doloroso".
Una complicación que no es rara
Alrededor de un 80 por ciento de las mujeres reciben una epidural o una espinal para reducir el dolor, y alrededor de un 1.5 por ciento de ellas sufren esta complicación. En general, los dolores de cabeza no suceden hasta al menos un día tras la epidural. El parche de sangre se considera como el tratamiento estándar cuando el dolor de cabeza es intenso, según el estudio.
Los investigadores usaron los registros del alta hospitalaria de Nueva York de 1998 a 2016 de las madres de 15 a 49 años que tuvieron un dolor de cabeza posterior a punción lumbar. Encontraron que más de 8,900 mujeres de 1.9 millones de partos se correspondían con la descripción, y alrededor de 4,200 recibieron un parche de sangre.
El equipo encontró que poco más de un 53 por ciento de las mujeres blancas recibieron el parche de sangre, en comparación con más o menos un 42 por ciento de las pacientes hispanas, un 36 por ciento de las mujeres negras, y alrededor de un 35 por ciento de las pacientes de otras razas y etnias, lo que incluyó a las personas asiáticas y de las Islas del Pacífico, a las amerindias y a las nativas de Alaska.
Las mujeres blancas tendían a recibir el tratamiento tras dos días, en comparación con tres días en todos los otros grupos.
No es posible decir, a partir de los datos, si a las mujeres se les ofreció el tratamiento y lo rechazaron ni cuál fue la calidad de la interacción entre los proveedores y sus pacientes, aclaró Lee.
Una atención estandarizada ayudaría
"Lo único que podemos hacer es especular sobre la causa, pero sí tenemos recomendaciones en términos de las soluciones. Pensamos que si la atención sigue un protocolo, si la atención se estandariza, entonces es mucho menos probable que este tipo de cosas pasen inadvertidas", dijo Lee.
Esto podría significar dar seguimiento a todas las mujeres que reciban una epidural, para verificar si tienen dolor de cabeza, anotó.
"Los mismos proveedores de la anestesia deben reflexionar sobre sus prácticas, asegurarse de evaluar el dolor de cabeza postparto de forma sistemática y de que la gestión se implemente con rapidez", planteó Lee.
Los hallazgos se publicaron en la edición del 21 de abril de la revista JAMA Network Open.
"Lamentablemente, no me sorprende, porque la eficacia del parche de sangre, e incluso la necesidad del parche de sangre, se basa en el informe del dolor del individuo", apuntó Gillispie-Bell. "Sabemos históricamente que a las mujeres negras y a las mujeres marrones no las escuchan. Sabemos que los individuos negros, en particular, tienen menos probabilidades de que su dolor se trate de forma adecuada".
Gillispie-Bell comentó que el estudio sugiere que el sistema de atención de la salud debe educar a todos los profesionales médicos sobre las disparidades raciales. En estos casos, se trataría de los anestesiólogos que gestionan los incidentes.
También anotó que la tasa de mortalidad relacionada con el embarazo de las mujeres negras es de tres a cuatro veces más alta que la de las mujeres blancas. La tasa de parto prematuro de las mujeres negras es un 50 por ciento más alta, y la tasa de mortalidad infantil también es más alta entre los bebés negros, en comparación con los bebés blancos.
"E incluso cuando se ajusta según el estatus socioeconómico, una mujer negra con un título universitario tiene el doble de probabilidades de experimentar una morbilidad materna grave en comparación con una mujer blanca con una educación de octavo curso", lamentó Gillispie-Bell.
Resolver el racismo estructural
Gillispie-Bell apuntó a un sesgo implícito y al racismo estructural como el origen de las disparidades de salud, ya sea respecto a las muertes maternas o a la COVID-19.
Las disparidades en la salud materna e infantil en este país han persistido durante décadas, a pesar de los avances continuos en la atención médica, dijo Latoya Hill, analista sénior de políticas de la Kaiser Family Foundation (KFF).
"Parte de las disparidades se deben a las barreras contra la atención de la salud entre las personas de color, pero también sabemos que las desigualdades sociales y económicas, y la discriminación y el racismo históricos y actuales, tienen un importante rol al fomentar estas disparidades", señaló Hill, que no participó en el estudio.
Hill dijo que los hallazgos de este estudio concuerdan con su comprensión de que en este país las personas de color tienen menos probabilidades de recibir procedimientos médicos de rutina y tienden a experimentar una atención de una calidad más baja.
En los últimos años, la investigación ha resaltado los efectos de la discriminación de los proveedores, en específico durante el embarazo y el parto, apuntó Hill. Las personas de color se hacen eco de estos, observó Hill, y anotó que una encuesta de la KFF encontró que la mayoría de los adultos negros creen que el sistema de atención de la salud trata a las personas de forma injusta según su raza.
Mejorar la salud materna a infantil es clave en términos de prevenir enfermedades y muertes innecesarias, enfatizó Hill.
Se están implementando una variedad de iniciativas con el fin de resolver algunas de estas disparidades, lo que incluye esfuerzos a través de Medicaid, como la nueva opción de que los estados amplíen la cobertura postparto de Medicaid de 60 días a un año tras el embarazo, dijo Hill.
"Esto podría dar a más mujeres un acceso prolongado a Medicaid en los meses tras el embarazo y el parto, y puede tener el potencial de mejorar la salud materna, en particular entre las personas de color, que tienden a tener algunas de las tasas de mortalidad materna más altas de este país", añadió Hill.
Más información
La Universidad de Stanford ofrece más información sobre el momento en que ocurren los dolores de cabeza posteriores a la punción lumbar.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Allison J. Lee, MD, MS, anesthesiologist, Columbia University Irving Medical Center, and medical director, Margaret Wood Center for Simulation and Education and associate professor, anesthesiology, Columbia University, New York City; Veronica Gillispie-Bell, MD, senior site lead/section head, Women's Services, Ochsner Health, New Orleans, La.; Latoya Hill, MPH, senior policy analyst, Racial Equity and Health Policy Program, Kaiser Family Foundation, San Francisco; JAMA Network Open, April 21, 2022
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