Uno de cada tres estudiantes universitarios de primer año tiene depresión o ansiedad
LUNES, 6 de diciembre de 2021 (HealthDay News) -- Comenzar la universidad puede ser una etapa divertida, de experiencias nuevas y de crecimiento. Pero también puede ser una transición difícil para muchos estudiantes que se enfrentan a problemas de la salud mental.
Un nuevo estudio de investigadores de Reino Unido y Canadá encontró que alrededor de un tercio de los estudiantes de primer año tienen o desarrollan una ansiedad o una depresión de moderada a grave.
Cuando estos adultos jóvenes presentaban un aumento en el uso de drogas ilícitas, tenían más probabilidades de desarrollar unos niveles altos de ansiedad o depresión. Sin embargo, si tenían una mayor actividad social, su salud mental tendía a ser mejor.
Aunque la investigación se realizó con estudiantes universitarios de primer año en Canadá, los expertos afirman que los hallazgos también aplican a los estudiantes universitarios de Estados Unidos.
"Hemos observado que la salud mental de los estudiantes universitarios se ha estado deteriorando", señaló la Dra. Rachel Conrad, directora de salud mental de los adultos jóvenes del Hospital Brigham and Women's, en Boston. Conrad no participó en el estudio.
"Antes de la pandemia [de COVID-19], el uso de alcohol se estaba reduciendo, pero el estrés, la depresión, la ansiedad, el trauma y los pensamientos suicidas habían estado en aumento. Y entonces, durante la pandemia, el consumo de alcohol también aumentó de forma significativa en la población en edad universitaria", aseguró Conrad.
Los adolescentes también están experimentando un creciente número de suicidios, además de un incremento en la ansiedad, en específico la ansiedad social, aseguró Conrad.
El estudio fue dirigido por Kiera Louise Adams, estudiante doctoral de la Universidad de Oxford, en Inglaterra. Adams y sus colaboradores analizaron casi 1,700 respuestas a una encuesta de estudiantes universitarios de primer año de una universidad pública canadiense, que se realizó en septiembre de 2018 y en marzo de 2019.
Los participantes respondieron a preguntas sobre el nivel educativo de sus padres, la adversidad a principios de la vida, y los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad a lo largo de toda la vida. Los investigadores evaluaron la cantidad y la frecuencia del consumo de alcohol, las pastillas para dormir y estimulantes que no se habían recetado, el cannabis, los analgésicos, lo opioides, los psicodélicos y otras drogas recreativas que los estudiantes usaban. Estas medidas se calificaron en una escala.
Alrededor de un 32 por ciento de los encuetados tenían ansiedad al inicio del año académico, y un 27 por ciento tenían síntomas de depresión. Seis meses más tarde, un 37 por ciento de los estudiantes tenían síntomas de ansiedad, y un 33 por ciento habían experimentado síntomas de depresión.
La implicación social ayuda
Cuando comenzaron, los estudiantes con antecedentes de trastornos de internalización, como la ansiedad y la depresión, tenían casi cuatro veces más probabilidades de no recuperarse de unos niveles significativos de síntomas de ansiedad o depresión que los que no tenían un historial de este tipo, según la investigación. Al contrario, los estudiantes que se sentían conectados con la vida universitaria y con sus compañeros tenían unas mayores probabilidades de recuperación.
Por cada punto en conectividad que tenían los estudiantes, presentaban unas probabilidades de un 10 a un 6 por ciento más bajas de desarrollar ansiedad o depresión. Cada aumento de 1 punto en el uso de drogas significó unas probabilidades un 16 por ciento más altas de desarrollar unos síntomas de depresión o ansiedad clínicamente significativos.
La soledad es un factor de riesgo significativo, para la salud tanto física como mental, y algunos estudios muestran que la soledad es en realidad más peligrosa para el bienestar físico de una persona que la obesidad, comentó Conrad.
"Los autores apuntaron que el abuso de sustancias y los síntomas de salud mental pueden ser una calle de dos sentidos. Muchas personas recurren a las sustancias para que las ayuden a gestionar los sentimientos desagradables, lo que a veces se conoce como 'automedicarse'", observó Eric Endlich, psicólogo clínico y fundador de Top College Consultants, en San Francisco. Endlich no participó en el estudio.
"Los trastornos de depresión y ansiedad pueden conducir al abuso del alcohol y las drogas. Pero la causalidad también puede ir en dirección contraria", continuó Endlich. "El alcohol, por ejemplo, es un depresivo del sistema nervioso central, y el abuso crónico puede aumentar el riesgo de depresión. De la misma manera, si alguien usa estimulantes, pueden hacer que se sienta nervioso y ansioso, y los síntomas de abstinencia pueden incluir sentimientos de depresión e incluso tendencias suicidas".
Los autores anotaron que factores biológicos, psicológicos y sociales contribuyen a los problemas de la salud mental.
"Muchos factores contribuyen a unas tasas altas de ansiedad y depresión a esta edad, entre ellos estar lejos de casa y enfrentarse a unas mayores demandas en términos del rigor académico del trabajo de los cursos universitarios", aseguró Endlich.
Cuando comienzan la universidad, los estudiantes comienzan desde cero respecto a las nuevas redes sociales, que es lo que hace que la conectividad sea tan importante, enfatizó Endlich.
Se pierden en el sistema
Se trata de un campo que recibe pocos servicios, debido a que está muy fragmentado en términos de los servicios clínicos y la investigación, lamentó Conrad.
"Esto estudiantes se pierden en el sistema. No pertenecen con claridad en el campo de la pediatría o infantil, y no son equivalentes a adultos, aunque ya tienen más de 18 años. Hay una gran laguna en la investigación para comprender los factores estresantes que fomentan el aumento en la ansiedad, la depresión, el estrés y las tendencias suicidas", enfatizó Conrad.
Los hallazgos se publicaron en la edición del 30 de noviembre de la revista BMJ Open. Los autores sugirieron que los hallazgos tienen unas implicaciones importantes para las políticas y prácticas de salud mental de las universidades, y también para la disponibilidad de clubes, sociedades y deportes para fomentar el bienestar estudiantil.
"No todos los estudiantes se dan cuenta de todo lo que puede cambiar su vida si hacen un esfuerzo por conectarse a través de clubes, los asistentes residentes (RA), los mentores y otros medios", apuntó Endlich. "De verdad me gustaría ver que los padres y las universidades animen de forma sistemática a los estudiantes a conectarse más, a que busquen a sus profesores durante las horas de consulta, a que vayan al centro vocacional para que los orienten, a que jueguen en un club deportivo o muchas estrategias más".
"Tomar este paso casi no cuesta nada, y los dividendos pueden ser inmensos", añadió.
Más información
La Oficina de Prevención de las Enfermedades y Promoción de la Salud de EE. UU. ofrece más información sobre la salud mental.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Rachel Conrad, MD, director, Young Adult Mental Health, department of psychiatry, Brigham and Women’s Hospital, Boston; Eric Endlich, PhD, clinical psychologist and founder, Top College Consultants, San Francisco; BMJ Open, Nov. 30, 2021
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