Sus expectativas podrían conformar sus probabilidades de efectos secundarios de la vacuna
LUNES, 8 de noviembre de 2021 (HealthDay News) -- Cuando se trata de una vacuna contra la COVID-19, el miedo podría ser una profecía autocumplida.
Un nuevo estudio encontró que las personas a las que les preocupan los posibles efectos secundarios tras la vacunación eran más propensas a en realidad experimentar estos efectos secundarios.
Además de explicar por qué algunas personas se sienten mal tras la vacunación, los hallazgos también podrían ayudar a orientar los esfuerzos para convencer a las personas renuentes de vacunarse.
Investigaciones anteriores han mostrado que los factores psicosociales pueden afectar el éxito o los efectos secundarios de ciertos tratamientos, pero este es el primero que investiga este vínculo respecto a las vacunas contra la COVID-19.
El estudio incluyó a 551 adultos de EE. UU. sin vacunar, a quienes se preguntó sobre sus expectativas respecto a siete efectos secundarios de la vacunación que han sido muy publicitados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.: el dolor en el lugar de la inyección, fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolor en las articulaciones, náuseas y fatiga.
Los participantes también proveyeron información sociodemográfica, y se evaluaron sus síntomas de depresión y preocupación general por la pandemia.
En los tres meses siguientes, los investigadores dieron seguimiento a los participantes, que ya estaban vacunados del todo, para averiguar cuáles de los siete efectos secundarios habían experimentado.
"Encontramos un vínculo claro entre lo que las personas previeron y lo que experimentaban", aseguró la coautora del estudio, Kelly Clemens, una estudiante doctoral de psicología experimental en la Universidad de Toledo, en Ohio.
"Estos factores psicológicos son predictivos más allá de otros factores que sabíamos que estaban implicados en la predicción de los efectos secundarios, como la vacuna específica que alguien recibiera, su edad o si habían tenido ya COVID-19", apuntó Clemens en un comunicado de prensa de la universidad.
El estudio se publicó en la edición en línea del 4 de noviembre de la revista Psychotherapy and Psychosomatics.
"Es importante ver cómo las variables psicológicas podrían estar correlacionadas con la forma en que las personas responden a estas vacunas", comentó el autor principal del estudio, Andrew Geers, profesor del Departamento de Psicología de la Universidad de Toledo.
"Nuestra investigación muestra con claridad que las personas que anticipaban síntomas como los dolores de cabeza, la fatiga o el dolor en el lugar de la inyección fueron mucho más propensas a experimentar estos efectos secundarios que las que no los anticipaban", añadió Geers en el comunicado. "Si podemos replantear y pensar sobre los efectos secundarios de una forma distinta, esto podría reducir la experiencia de los efectos secundarios".
Más información
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. ofrecen más información sobre las vacunas contra la COVID-19.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTE: University of Toledo, news release, Nov. 4, 2021
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