Unos científicos restauran cierta función a tejidos de cerdo una hora tras la muerte
MIÉRCOLES, 3 de agosto de 2022 (HealthDay News) -- Unos minutos después de que el latido cardiaco para, una masiva serie de eventos desastrosos, provocados por la falta de flujo sanguíneo, comienzan a destruir las células y órganos del cuerpo.
Se pensaba que esta cadena de eventos era inevitable e irreversible. Ahora, un nuevo estudio con animales muestra que la muerte cardiaca no necesariamente tiene que implicar un final rápido para el resto del cuerpo.
Los investigadores restauraron la circulación sanguínea y otras funciones celulares en los cuerpos de cerdos que habían estado muertos durante toda una hora, usando un nuevo coctel de medicamentos que se diseñó para revertir los variados efectos catastróficos que conlleva la pérdida de la sangre.
"En específico, restauramos algunas funciones de las células de múltiples órganos vitales que deberían haber estado muertos sin nuestra intervención", comentó el investigador sénior, el Dr. Nenad Sestan, profesor de neurociencias de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut. "Estas células funcionan horas después de que ya no deberían, y lo que esto nos dice es que la muerte de las células se puede frenar, y se puede restaurar su funcionalidad en múltiples órganos vitales, incluso una hora tras la muerte".
Pero esto todavía no es resucitar a los muertos.
El proceso no pudo crear el tipo de actividad eléctrica organizada en los cerebros de los cerdos que indicaría conciencia. Tampoco revirtió el daño orgánico que ocurrió durante esa hora de muerte, reportaron los investigadores en la edición del 3 de agosto de la revista Nature.
Pero los investigadores piensan que su tecnología sería un inmenso adelanto en la preservación de los órganos individuales para el trasplante, y ampliaría la disponibilidad de órganos para la donación.
"En cuestión de minutos después de que el corazón para de latir, hay toda una cascada de eventos bioquímicos provocados por una falta de flujo sanguíneo", señaló el coinvestigador, el Dr. Zvonimir Vrselja, científico asociado de investigación en neurociencia de la Yale. "El oxígeno y los nutrientes que las células necesitan para sobrevivir han dejado de llegar, y esto comienza a destruir a las células".
"Lo que mostramos es que esta progresión hacia una insuficiencia y muerte celular masiva y permanente no ocurre con tanta rapidez que no se pueda evitar o quizá corregir", anotó Vrselja el martes durante una conferencia de prensa.
La tecnología, llamada OrganEx, consiste en un coctel de 13 medicamentos distintos, que busca revertir la mayoría de estos eventos que ocurren después de que el corazón para, dijo Vrselja.
El coctel incluye anticoagulantes para restaurar la función de los vasos sanguíneos, medicamentos para evitar la muerte celular, y antinflamatorios para limitar el daño en los tejidos provocado por un sistema inmunitario que responde a la muerte del cuerpo, explicó Vrselja.
OrganEx también incluye un sistema de bombeo diseñado para restaurar y mantener el flujo sanguíneo, al mismo tiempo que añade el coctel de fármacos al torrente sanguíneo.
"Cuando el corazón deja de latir, los órganos comienzan a hincharse, lo que colapsa los vasos sanguíneos y bloquea la circulación", señaló Vrselja. "Tuvimos que desarrollar un sistema de perfusión que pueda eludir esto. Básicamente, toda la tecnología es como una OMEC potenciada, lo que nos permite abrir la circulación sanguínea en todo el cuerpo".
En el estudio, los cerdos se sedaron y anestesiaron, y entonces se les indujo un paro cardiaco letal. Tras una hora a temperatura ambiente, se les colocó en el sistema OrganEx.
Seis horas tras el tratamiento con OrganEx, los investigadores encontraron que unas funciones celulares clave estaban activas en el corazón, el hígado y los riñones de los cerdos, y que se había restaurado cierta función orgánica.
Por ejemplo, el corazón mostró evidencias de actividad eléctrica y retuvo su capacidad de contraerse. Los investigadores también observaron patrones de expresión genética específica de los órganos y células, que indicaban que estaban ocurriendo procesos de reparación dentro del cuerpo revivido.
Los investigadores compararon los resultados de los cerdos con OrganEx con la OMEC (oxigenación por membrana extracorpórea). La OMEC se usa en los hospitales para mantener la sangre oxigenada, y es un tratamiento común para salvar la vida en los pacientes con una COVID-19 grave.
Los órganos en los cuerpos tratados con OrganEx mostraron menos señales de hemorragia o hinchazón que los que se pusieron en la OMEC, mostraron los resultados.
El nuevo estudio se basó en una investigación anterior liderada por la Yale, que restauró la circulación y ciertas funciones celulares en el cerebro de un cerdo muerto, usando una tecnología que entonces se llamaba BrainEx. El nuevo estudio modificó a BrainEx, para que pudiera usarse para restaurar la circulación y la función celular en todo el cuerpo.
Los investigadores no realizaron esta prueba de cuerpo completo como medio de preservar los órganos potencialmente dentro del cuerpo para el trasplante, anotaron.
Más bien, este experimento se diseñó para mostrar que la tecnología de OrganEx "ejercería sus sorprendentes efectos en una amplia variedad de los órganos, y es más fácil mostrarlo todo a la vez", comentó durante la conferencia de prensa el coinvestigador, Stephan Latham, director del Centro de Bioética Interdisciplinaria de la Yale.
"La meta a largo plazo no sería preservar los órganos en el cuerpo", continuó Latham. "Si esto se fuera aplicar en la clínica, pienso que se haría órgano a órgano".
Latham ofreció el ejemplo de un recién nacido con torción intestinal que necesita un trasplante para poder digerir la comida.
"Esta tecnología quizá posibilite trasplantar un órgano donado en la otra punta del país durante un periodo de horas y que no sufra daños", apuntó Latham.
La tecnología también se podría usar para minimizar el daño a los órganos o tejidos en una persona viva que haya sufrido un ataque cardiaco o accidente cerebrovascular (ACV), añadieron los autores del estudio.
"No es que esto nunca se pudiera aplicar a un ser humano que sufra un ataque cardiaco o que se ahogara y sufriera entonces un daño isquémico. Es solo que, para lograrlo, todavía se requeriría realizar muchos más experimentos", apuntó Latham.
"Salvar y mantener los órganos para un trasplante es, pienso, una meta clínica mucho más cercana y realista que podría basarse en este estudio. Aun así, para esto también falta mucho más trabajo", añadió Latham.
Más información
La Clínica Mayo ofrece más información sobre la OMEC.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Nenad Sestan, MD, PhD, professor, neuroscience, Yale School of Medicine, New Haven, Conn.; Zvonimir Vrselja, MD, PhD, associate research scientist, neuroscience, Yale School of Medicine, New Haven, Conn.; Stephen Latham, JD, PhD, director, Yale Interdisciplinary Center for Bioethics, New Haven, Conn.; Nature, Aug. 3, 2022
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