Unos científicos observan el dolor en el cerebro para descodificar sus secretos
LUNES, 22 de mayo de 2023 (HealthDay News) -- Por primera vez en la historia, unos científicos han registrado una actividad cerebral específica asociada con el dolor crónico en el mundo real, mediante el uso de implantes de electrodos para averiguar cuáles regiones se activan cuando las personas sufren con intensidad.
Los resultados proveen más evidencias de que el dolor crónico es en esencia distinto al dolor a corto plazo, al mostrar que este tipo de dolor se procesa en una región aparte del cerebro, aseguró el investigador principal, el Dr. Prasad Shirvalkar, profesor asociado de anestesia de la Universidad de California, en San Francisco.
El dolor crónico tendía a ser procesado por la corteza orbitofrontal (COF), una región que raras veces se estudia en la medicina del dolor. Esta región se asocia con la toma de decisiones, la emoción y la recompensa.
Por otra parte, las señales del dolor a corto plazo parecen ser gestionadas por la corteza cingulada anterior (CCA), que ya se ha implicado de forma extensa en el procesamiento emocional del dolor.
"Revela que el dolor crónico no es solo una versión más duradera del dolor agudo. Es en realidad una interacción fundamentalmente distinta, con unos circuitos distintos", explicó Shirvalkar. "La esperanza es que, a medida que lo comprendamos mejor, podamos de verdad utilizar esta información para desarrollar terapias de estimulación cerebral personalizadas para las formas más intensas de dolor".
En el estudio, los investigadores implantaron electrodos en los cerebros de cuatro personas que sufrían de dolor neuropático, que es provocado por un daño en el sistema nervioso en sí. Tres de estas personas tenían un dolor crónico tras un accidente cerebrovascular, mientras que la cuarta tenía dolor en un miembro fantasma.
Los electrodos se dirigieron de forma específica a la COF y a la CCA, dado que estudios anteriores habían encontrado que ambas regiones se activaban durante experimentos con el dolor agudo, apuntó Shirvalkar.
"En el pasado, cuando las personas han intentado tratar el dolor crónico mediante estimulación cerebral, en realidad se han dirigido a los circuitos cerebrales que se enfocan en la dimensión del tacto físico, en el dolor físico", dijo Shirvalkar. "Pensamos que es probable que unos circuitos en el cerebro que representan las partes emocionales del dolor, o incluso las partes cognitivas del dolor, pudieran ser más importantes para comprender por lo que pasan los pacientes individuales".
Varias veces al día, se pidió a los participantes que calificaran el dolor que experimentaban: la intensidad, el tipo, cómo hacía que se sintieran a nivel emocional.
Entonces, los pacientes presionaban un dispositivo con control remoto que registraba su actividad cerebral durante unos 30 segundos, lo que proveía una instantánea que se comparaba con su dolor autorreportado, señaló Shirvalkar.
Los investigadores utilizaron un análisis computarizado, y encontraron que el dolor crónico tendía a depender más de la COF, y que provocaba unos cambios sostenidos en las ondas cerebrales que constituyen un biomarcador del dolor crónico.
Además, encontraron que podían usar la actividad en la COF para predecir el estado de dolor crónico autorreportado por el paciente.
"Averiguamos que el dolor crónico se puede monitorizar de forma exitosa, que en realidad se puede predecir de forma exitosa en el mundo real mientras los pacientes pasean al perro, están en casa, cuando se levantan por la mañana, mientras viven sus vidas", comentó Shirvalkar. "De verdad desarrollamos un biomarcador objetivo de este tipo de dolor".
Los investigadores también aplicaron calor a áreas de los cuerpos de los participantes, para monitorizar cómo sus cerebros respondían al dolor a corto plazo (agudo). En dos de los cuatro pacientes, la actividad cerebral pudo predecir las respuestas al dolor, pero la CCA pareció ser la región más involucrada en la gestión del dolor agudo.
Como estos electrodos también pueden administrar una estimulación cerebral profunda, la esperanza es que los investigadores puedan averiguar una forma de crear un "marcapasos" para el cerebro, que module el dolor crónico inminente, explicó Shirvalkar.
"Estamos reclutando para un ensayo clínico, para intentar desarrollar esta terapia en los pacientes", observó. El objetivo es conseguir a seis pacientes para la próxima fase del ensayo, y entonces ampliarlo hasta 20 o 30 pacientes.
Quizá también sea posible desarrollar una forma menos invasiva de monitorizar el dolor crónico de una persona, mediante el uso de un dispositivo portátil que evalúe las señales de estas regiones del cerebro, anotó Shirvalkar.
El conocimiento adquirido en este estudio también podría ayudar a orientar unas formas menos invasivas de gestionar el dolor crónico, planteó el Dr. Desimir Mijatovic, médico de medicina del dolor de la Clínica Cleveland, en Ohio.
"Ya hay algunos tratamientos que se están probando, cosas como la estimulación magnética transcraneal, que pueden en realidad dirigirse a estas partes del cerebro e intentar alterar la forma en que funcionan", dijo Mijatovic. "Se trata de una señal magnética externa que se aplica al cerebro, y que intenta cambiar la forma en que se envían las señales eléctricas. Este estudio puede proveer más información sobre cómo hacerlo o cómo dirigirse a ciertas partes del cerebro".
El nuevo estudio, que se publicó en la edición del 22 de mayo de la revista Nature Neuroscience, añade más peso a la idea de que el dolor crónico actúa de una forma muy distinta al dolor agudo, comentó el Dr. David Dickerson, presidente del Comité de Medicina del Dolor de la Sociedad Americana de Anestesiólogos (American Society of Anesthesiologists).
"Clínicamente, son fenómenos muy distintos: el dolor agudo es protector, y el dolor crónico es algo patológico", aclaró Dickerson. "El dolor crónico no es algo que nos proteja. Es en realidad un fallo de nuestra maquinaria protectora. Y lo que vemos aquí es que en realidad incluso ocurre en una parte distinta del cerebro".
Más información
La Clínica Cleveland ofrece más información sobre el dolor crónico.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Prasad Shirvalkar, MD, PhD, associate professor, anesthesia, University of California, San Francisco; Desimir Mijatovic, MD, pain medicine physician, Cleveland Clinic, Ohio; David Dickerson, MD, chair, American Society of Anesthesiologists’ Committee on Pain Medicine; Nature Neuroscience, May 22, 2023
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