Una de cada seis personas sin vacunar se enfrentan a síntomas dos años tras tener COVID
VIERNES, 2 de junio de 2023 (HealthDay News) -- Las personas sin vacunar con COVID-19 tienen unas probabilidades significativas de unos síntomas persistentes si contraen el virus, y una de cada seis sigue sufriendo síntomas dos años después, muestra una nueva investigación.
Un estudio de Suiza encontró que un 17 por ciento de ese grupo no volvió a la salud normal que habían reportado antes, y un 18 por ciento reportaron síntomas de COVID, por ejemplo falta de aliento, 24 meses después de que su infección desapareciera.
"Los problemas de salud persistentes crean unas dificultades significativas para los individuos afectados, y plantean una importante carga para los servicios de salud y de atención de la salud para la población", escribieron la investigadora principal, Tala Ballouz, y sus colegas, en la edición del 31 de mayo de la revista BMJ.
Ballouz, del Instituto de Epidemiología, Bioestadísticas y Prevención de la Universidad de Zúrich, y su equipo hicieron un llamamiento a que haya ensayos clínicos "para establecer intervenciones efectivas dirigidas a reducir la carga de la afección posterior a la COVID-19".
Aunque la mayoría de las personas que contraen la COVID-19 se recuperan, otras continúan teniendo problemas de la salud que pueden afectar la calidad de vida y la capacidad de trabajar. Esto se conoce como COVID prolongada.
Los investigadores no han podido sacar conclusiones firmes sobre el tratamiento y el respaldo a largo plazo para estos pacientes, porque los estudios anteriores han variado respecto a sus estimados de los números de pacientes y la duración de los síntomas.
En este estudio, los investigadores observaron los patrones de recuperación y persistencia de los síntomas, a lo largo de dos años, en adultos de la Cohorte de SARS-CoV-2 de Zúrich, un estudio en curso sobre pacientes con COVID-19.
El estudio utilizó los datos de más de 1,100 adultos sin vacunar, con una edad promedio de 50 años, cuyas infecciones se confirmaron entre el 6 de agosto de 2020 y el 19 de enero de 2021. También incluyeron a 628 adultos, con una edad promedio de 65 años, seleccionados al azar de la población general, que no habían tenido el virus.
Los participantes del estudio proveyeron información sobre 23 síntomas potenciales de la COVID prolongada a los seis, 12, 18 y 24 meses tras su infección. Los investigadores también tomaron en cuenta la edad, el sexo, el nivel educativo, el empleo y los problemas de salud preexistentes.
Más de la mitad (un 55 por ciento) de los participantes reportaron que volvieron a su estado de salud normal menos de un mes tras la infección. Un 18 por ciento adicional reportaron que se recuperaron en entre uno y tres meses.
Pero casi una cuarta parte (un 23 por ciento) de los participantes reportaron que todavía no se habían recuperado seis meses tras la infección. Esta cifra fue de un 19 por ciento a los 12 meses, y de un 17 por ciento a los 24 meses.
Y entre los que seguían experimentando síntomas que se pensaba que estaban relacionados con la COVID-19 se incluían un 29 por ciento de los participantes a los seis meses, un 20 por ciento a los 12 meses, y un 18 por ciento a los 24 meses.
El grupo de COVID-19 presentaba un aumento en el riesgo de síntomas como una alteración del gusto o el olfato (alrededor de un 10 por ciento), malestar tras el esfuerzo (más o menos un 9 por ciento), una reducción en la concentración (cerca de un 8 por ciento), falta de aire (casi un 8 por ciento), y ansiedad (un 4 por ciento) en el sexto mes, en comparación con los que no tuvieron COVID-19.
Los pacientes de más edad y los que tenían problemas de salud preexistentes reportaron más o peores síntomas, anotaron los autores del estudio en un comunicado de prensa de la revista.
Entre las limitaciones del estudio se encontraba su dependencia de autorreportes sobre la salud, que pueden resultar imprecisos.
Qiao Wu, investigador de la Universidad del Sur de California, aseguró en un editorial vinculado que comprender los síntomas y la recuperación de la COVID prolongada era esencial para la creación de políticas y las decisiones sobre el tratamiento. Los tratamientos futuros, los ensayos clínicos y las intervenciones políticas "dependerán de estudios robustos, basados en datos de alta calidad a nivel de la población", escribió Wu.
Los pacientes deben implicarse más de cerca en el diseño y realización de estos estudios en un futuro, añadió.
Más información
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. ofrecen más información sobre la COVID prolongada.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTE: BMJ, news release, May 31, 2023
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