Un nuevo estudio explora quién tendrá la mejor respuesta a la ketamina para la depresión grave
JUEVES, 29 de diciembre de 2022 (HealthDay News) -- Hoy en día, algunas personas consideran a la ketamina, que adquirió mala fama como la droga de diseño Special K, como un medicamento milagroso para algunos individuos con una depresión difícil de tratar.
Pero un nuevo estudio encuentra que algunos tipos de pacientes tienen más probabilidades de obtener un beneficio rápido y significativo de la ketamina que otros.
En general, aunque la mayoría de los pacientes se beneficiaron del fármaco, alrededor de un tercio experimentaron una "mejora rápida" en los síntomas de depresión, señalaron los investigadores. Ciertas características del paciente parecieron prever este nivel de beneficio.
"Los individuos con una depresión grave con un historial de trauma infantil quizá tengan más probabilidades de una respuesta rápida y robusta a la ketamina", concluyó la investigadora principal, Brittany O’Brien, profesora asistente de psiquiatría y ciencias conductuales del Colegio de Medicina Baylor, en Houston.
En 2019, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. aprobó un derivado de la ketamina, llamado esketamina (Spravato), para la depresión que no había respondido a al menos dos antidepresivos convencionales. La esketamina se administra como aerosol nasal, y es distinta que la ketamina, que es un anestésico inyectable que puede tener efectos que alteran a la mente.
El nuevo estudio incluyó a casi 300 personas con depresión mayor, que fueron tratadas con tres infusiones de ketamina en una clínica ambulatoria. Los participantes tenían una edad promedio de 40 años, y la mayoría eran hombres. No habían respondido a al menos dos antidepresivos en el pasado. Los cambios en el estado de ánimo se midieron mediante una escala de depresión estandarizada durante seis visitas clínicas.
En el grupo del estudio, los investigadores identificaron tres patrones distintos de respuesta a la ketamina.
Un grupo tenía una depresión grave antes del tratamiento, pero experimentó una mejora rápida y significativa de los síntomas. Un segundo grupo con depresión grave recibió un beneficio mínimo, y un tercer grupo (que había estado menos deprimido que los otros dos antes del tratamiento) experimentó una mejora más gradual en los síntomas de depresión.
Las personas con una depresión grave que reportaron un historial de abuso y trauma infantiles estuvieron entre las más propensas a responder de forma rápida y robusta a la ketamina, encontró el estudio.
"Este hallazgo se debe evaluar más y de forma más cuidadosa, para comprender mejor el rol potencial del trauma en la respuesta al tratamiento con la ketamina", planteó O'Brien.
No se comprende del todo cómo el trauma en el pasado afecta a la respuesta a la ketamina, pero la sensibilización podría tener un rol. La sensibilización ocurre cuando una persona se expone a un estímulo y desarrolla una mayor sensibilidad a este con el tiempo.
"Creemos que la ketamina podría funcionar bien en algunos individuos deprimidos porque el fármaco bloquea los efectos de la sensibilización", comentó O'Brien. "La ketamina podría funcionar como barrera para prevenir que cualquier estímulo que esté desencadenando la depresión tenga sus efectos".
Entonces, ¿quién debería preguntarle al médico sobre las infusiones de ketamina para la depresión?
"Vale la pena considerar la ketamina si se han recetado y probado los tratamientos de primera línea para la depresión [es decir, los medicamentos indicados y aprobados, y las psicoterapias basadas en las evidencias], pero no han tenido una efectividad adecuada en el alivio de los síntomas", comentó O'Brien.
Varios estudios han mostrado que las infusiones de ketamina administradas por profesionales médicos en ambientes controlados son efectivas y no son adictivas, añadió.
La nueva investigación se publicó en la edición de enero de 2023 de la revista Journal of Affective Disorders.
Los investigadores se acercan a determinar quién tendrá la mejor respuesta a la terapia con ketamina, y por qué, observó el Dr. Joshua Berman, profesor asistente de psiquiatría del Centro Médico de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.
"No podemos decir si alguien debería tomar ketamina o no, ni qué tan rápido responderá, basándonos en este estudio, pero es un paso adelante", aseguró Berman, que no tiene vínculos con la nueva investigación.
Entre otras cosas, estos resultados proveen nueva información sobre la respuesta a la ketamina en personas que experimentan trauma y abuso en la niñez. Aun así, no se puede agrupar a todas estas personas para realizar una recomendación general, enfatizó Berman.
Todavía no se comprende del todo la forma exacta en que la ketamina ayuda a aliviar la depresión. Pero funciona más rápido que los antidepresivos convencionales, que pueden tardar entre seis y ocho semanas en empezar a hacer efecto, anotó Berman. Con la ketamina, algunas personas se sienten mejor en cuestión de horas tras la primera infusión.
"Los efectos no duran tanto tiempo como con los antidepresivos convencionales, y es más probable que las personas requieran un tratamiento continuo, aunque algunas personas sí mejoran y se mantienen mejor después de una reducción gradual, y se someten a un breve tratamiento de mantenimiento", aclaró Berman.
Los grupos de personas que no deberían recibir ketamina para la depresión incluyen a las que tienen antecedentes de esquizofrenia, las que tienen un riesgo más alto de abuso de la ketamina, y las que sufren de ciertas afecciones cardiacas.
"La ketamina es segura para la mayoría de las personas", dijo Berman.
Anotó que la ketamina intravenosa no cuenta con la aprobación formal de la FDA para tratar la depresión, pero que muchos ensayos clínicos y experiencia la respaldan.
"Es un tratamiento nuevo, y sin duda hay muchas áreas en que no sabemos tanto como con otros tratamientos, pero ha superado el punto de considerarse experimental", aseguró Berman.
El uso de la ketamina debe ocurrir en el marco de la gestión psiquiátrica general de la depresión, subrayó.
"Trabaje con su psiquiatra y deje que le oriente a personas que puedan proveerla de forma segura", aconsejó Berman.
La ketamina y psicodélicos como la psilocibina y la MDMA están generando mucho interés en los círculos psiquiátricos. A medida que el uso de las terapias orientadas por psicodélicos se amplía, con el tiempo los investigadores podrían averiguar cuáles son las más útiles para los individuos, planteó Berman.
Esto podría llevar al desarrollo de nuevos medicamentos para la depresión.
"Quizá podamos aprovechar las propiedades biológicas de estas moléculas para que se puedan tomar de una forma más pasiva que con la psicoterapia guiada, y sin riesgo de disociación", observó Berman.
"Quizá, con el tiempo, podamos tener la confianza suficiente para administrar estas terapias antes a las personas, aunque no presenten una depresión resistente al tratamiento", añadió.
Más información
La Universidad de Harvard ofrece más información sobre la ketamina para la depresión.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Brittany O’Brien, PhD, assistant professor, psychiatry and behavioral sciences, Baylor College of Medicine, Houston; Joshua Berman, MD, PhD, assistant professor, psychiatry, Columbia University Medical Center, New York City; Journal of Affective Disorders, January 2023
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