Que entre el sol: que haya más luz natural en casa mejora el ánimo
LUNES, 29 de agosto de 2022 (HealthDay News) -- Es seguro decir que cuando las personas buscan un lugar para vivir, prefieren los espacios abiertos y aireados que los oscuros y deslucidos. Ahora, una nueva investigación sugiere el motivo: las viviendas con mucha luz natural hacen que los habitantes sean más felices.
"Queríamos explorar la relación entre la luz natural y el bienestar emocional en los espacios residenciales de interiores", explicó la coautora del estudio, Javiera Morales Bravo, arquitecta de la Universidad de Chile, en Santiago.
La idea para el estudio "llegó tras un año de confinamiento [por la COVID], durante el cual las personas pasaban la mayor parte de su tiempo en casa, y observamos un aumento en los casos de ansiedad y depresión", comentó Morales Bravo.
Entonces, para explorar cómo la luz en el hogar podría afectar al estado de ánimo, ella y su coautor, Pablo Navarrete Sánchez, iniciaron un experimento en que usaron 25 simulaciones arquitectónicas tridimensionales distintas.
Cada simulación ofrecía una vivienda cuyo diseño contenía distintas cantidades de luz natural que entraba en la sala, la cocina, una habitación y un baño. Por ejemplo, los diseños de la vivienda diferían respecto a la cantidad de ventanas, el tamaño de las ventanas, y si las viviendas daban al norte o al sur.
Más adelante, mostraron las simulaciones al azar a 750 participantes del estudio, y después cada uno puntuó los distintos espacios de 1 a 10. En un extremo, un "1" significaba un ambiente espacial que no tenía ningún impacto en qué tan triste o feliz se sentían, mientras que un "10" significaba que el espacio los hacía sentirse extremadamente tristes o felices.
Al final, Morales Bravo y Navarrete Hernández, profesor del Departamento de Arquitectura del Paisaje de la Universidad de Sheffield, en Inglaterra, averiguaron que, respecto a la luz, más es mejor: mientras más luz natural entraba en la vivienda, más felices dijeron los participantes que se sentían.
En específico, los autores determinaron que las viviendas en que las ventanas cubrían al menos un 40 por ciento del espacio de pared provocaban el mayor aumento en una sensación de "bienestar".
También encontraron que el impacto beneficioso de la luz fue particularmente potente entre los participantes más jóvenes, es decir, los que tenían menos de 30 años, y las mujeres.
¿Por qué? Morales Bravo teorizó que las mujeres (al menos en Chile, donde se realizó el estudio) tienden a pasar más tiempo en casa, al igual que las personas más jóvenes, lo que hace que tengan "una sensibilidad particular a los cambios en sus espacios de trabajo y vivienda".
Reconoció que estas situaciones hipotéticas podrían cambiar, dependiendo del país. Pero "pensamos que el factor clave es que mientras más tiempo pasa una persona en casa, mayores son las ganancias que anticipamos ver en su bienestar emocional" por una mayor exposición a la luz, señaló Morales Bravo.
Más allá de la luz en sí, el equipo también notó que las superficies de las paredes de las distintas viviendas también podrían tener un impacto en qué tan triste o feliz se pudiera sentir un residente.
Por un lado, "unos tonos más claros y unos tonos blancos reflejan la luz hacia el espacio interior, mientras que los colores oscuros la absorben", anotó Morales Bravo, que también es asistente de investigación del Instituto de Vivienda de Chile. "Por tanto, la elección del color de las paredes tiene un impacto en la cantidad de luz que hay en un espacio de interiores, lo que a su vez afecta a la felicidad y la tristeza".
El ladrillo, reveló la investigación, resultó ser el material de pared que menos felicidad inducía, quizá porque contiene "propiedades que tienden a absorber más luz", añadió. Por otra parte, el uso interior de madera fue difícil de evaluar, dado que la madera "en realidad existe en muchos tonos distintos".
En cuanto a qué explica la influencia aparente de la luz en el estado de ánimo, Navarrete Hernández anotó que "los humanos tenemos mecanismos evolutivos que responden a la luz natural". Investigaciones anteriores, apuntó, han demostrado que la luz puede tener un impacto notable en los ciclos de sueño y vigilia (los ritmos circadianos), mientras que la falta de luz puede provocar un aumento en el riesgo de una debilitante afección, el trastorno afectivo estacional (TAE).
"Nuestros hallazgos indican que al maximizar el tamaño de las ventanas, aumentar la distancia entre las viviendas para reducir la sombra, y usar materiales y colores en las paredes que reflejen mejor la luz, las personas perciben un aumento en la felicidad y una reducción en la tristeza", apuntó Navarrete Hernández. "Son recomendaciones sencillas que pueden hacer una inmensa diferencia".
Los resultados se publicaron en una edición reciente en línea de la revista Building and Environment.
"Los hallazgos tienen un sentido intuitivo", apuntó Aaron Schwartz, ex miembro de postgrado del Instituto Gund del Ambiente, el Centro de Sistemas Complejos de Vermont, y la Facultad Rubenstein de Ambiente y Recursos Naturales de la Universidad de Vermont. Schwartz no participó en el Nuevo estudio.
Pero Schwartz, cuyo propio trabajo ha resaltado el beneficio en la mejora del estado de ánimo de simplemente pasar tiempo en unos parques llenos de sol, dijo que aunque los hallazgos tienen sentido, "cuantificar este tipo de cosa en un ambiente construido no es fácil", y es vulnerable a una amplia variedad de influencias.
Por ejemplo, anotó que "es posible que las personas que tengan más luz natural en casa también tengan unos apartamentos más chulos. Tal vez también tengan mejores ingresos, y un mejor acceso a guarderías. Quizá además cuenten con un mejor acceso a unos espacios verdes agradables en exteriores cerca de su casa".
"Entonces, cuando se observa esto, de verdad depende de qué tan bien se toma todo esto en cuenta", advirtió Schwartz.
Aun así, "si se supone que todo esto está controlado, es probable que tener mucha luz natural en casa significa que se tienen más vistas abiertas, lo que se ha mostrado que tiene un impacto beneficioso en la salud mental", anotó.
"Y la exposición a la luz temprano en la mañana también tiene un beneficio neurológico, en términos de controlar las hormonas, como el cortisol [la hormona del estrés], además de nuestros ritmos circadianos", aclaró Schwartz. "Y puedo ver fácilmente cómo más luz, en lugar de menos, podría hacer un buen trabajo al activar estos beneficios".
Más información
La Clínica Mayo ofrece más información sobre cómo la terapia de luz puede tratar al TAE.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Javiera Morales-Bravo, Department of Architecture, University of Chile, and research assistant, Institute of Housing, Santiago, Chile; Pablo Navarrete-Hernandez, PhD, lecturer, Department of Landscape Architecture, University of Sheffield, Sheffield, U.K.; Aaron J. Schwartz, PhD, former graduate fellow, Gund Institute for Environment, Vermont Complex Systems Center, and Rubenstein School of Environment and Natural Resources, University of Vermont, Burlington; Building and Environment, September 2022
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