Nueva Zelanda busca tener cero fumadores en una generación. ¿Funcionaría el plan en otros lugares?
JUEVES, 30 de diciembre de 2021 (HealthDay News) -- Casi todos los países concuerdan: fumar es malo, y lograr que las personas abandonen el hábito es una noble meta de salud pública.
Pero ningún país nunca ha intentado lo que Nueva Zelanda está a punto de plantearse: una prohibición total de la venta de todos los cigarrillos.
El plan es permitir a lo que ya fuman conservar el derecho a seguir comprando cigarrillos si lo desean, pero a partir de 2023, toda las personas menores de 15 años tendrán prohibido comprarlos, de por vida, según la ministra de salud asociada del país insular, la Dra. Ayecha Verrall.
Y dado que la prohibición es permanente, en 10, 20 o 30 años en el futuro (a medida que la población envejezca) cada vez menos neozelandeses tendrán un acceso legal a los cigarrillos.
Según se contempla ahora en la ley, los productos de vapeo no estarán cubiertos. Pero en un discurso ante el Parlamento de Nueva Zelanda a principios de mes, Verrall puso de manifiesto que la intención es asegurar que los jóvenes nunca comiencen a fumar.
"Convertiremos vender o suministrar productos de tabaco a nuevos cohortes de jóvenes en delito", enfatizó, según el New York Times. Esto significa que todo el que tenga menos de 15 años cuando la ley entre en vigor nunca podrá comprar productos de tabaco de forma legal.
Nueva Zelanda tiene una población de alrededor de 5 millones de habitantes, poco más de la mitad del tamaño de la ciudad de Nueva York.
¿Es el 'próximo paso lógico'?
¿Puede un plan de cesación del tabaquismo diseñado para un minúsculo país servir como un formato útil para países mucho más grandes?
"En teoría, creo que podría funcionar", señaló Patricia Folan, directora del Centro de Control del Tabaco de Northwell Health en Great Neck, Nueva York. "Sobre todo si se utiliza la estrategia gradual empleada por Nueva Zelanda".
Estados Unidos ya ha tenido un éxito considerable en varios frentes respecto al control del tabaco, apuntó Folan.
Estas medidas de regulación incluyen unos aumentos significativos en los impuestos de los cigarrillos, un aumento en la edad mínima para la compra legal de cigarrillos, y la prohibición de fumar en ambientes particulares en interiores o exteriores, comentó.
Desde que el primer informe del Cirujano General vinculara fumar con el cáncer de pulmón en 1964, los controles del tabaco han conseguido avances significativos, anotó Folan.
"Hace décadas, se pensaba que era imposible implementar muchas políticas de control del tabaco", recordó. "En una época, se permitía fumar en los aviones, los hospitales, los restaurantes y los lugares de trabajo. Se permitía la emisión de anuncios de tabaco en la televisión. Las máquinas de tabaco eran prevalentes".
Nada de esto ocurre hoy en día, apuntó Folan. Entonces, afirmó, una prohibición total relacionada con la edad "quizá sea el próximo paso lógico, dado que un 75 por ciento de los fumadores indican que desean dejar de fumar pero que necesitan ayuda para lograrlo".
Pero, como tema práctico, Folan comentó que es probable que en un país como Estados Unidos, una prohibición de las ventas como la que planifica Nueva Zelanda resulte en una ardua batalla, dado "el poder de la industria tabacalera y la renuencia de algunos estados de prescindir de los impuestos generados por las ventas de tabaco".
El experimento de Brookline
Los estadounidenses quizá ya tengan un ejemplo a pequeña escala de una iniciativa para implementar una prohibición de este tipo, en Brookline, Massachusetts, con una población de 60,000 habitantes.
El año pasado, el suburbio de Boston implementó una prohibición de los cigarrillos basada en la edad, que entró en vigor en septiembre de 2021. Ahora, es ilegal que todo el que nació después del 1 de enero de 2000 compre ningún tipo de producto de tabaco o vapeo en la ciudad.
Todavía está por verse el impacto final de la medida de Brookline. Tampoco está claro si la iniciativa en una ciudad pequeña podría orientar a unas medidas a mayor escala.
Según un informe de NBC News sobre la prohibición de Brookline, menos de un 7 por ciento de los adultos de la ciudad fuman ahora.
Esta es una cifra mucho más baja que las nacionales y mundiales. En 2019, un 14 por ciento de los adultos estadounidenses fumaban, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud estima que 1 de cada 6 adultos de todo el mundo (alrededor de 1.3 mil millones) fumaba ese mismo año.
Para que cualquier prohibición de fumar a mayor escala tenga éxito, aseguró un vocero de la Asociación Americana del Pulmón (American Lung Association), se necesita una campaña concertada para garantizar que se anime de forma contundente a los jóvenes a considerar fumar como un hábito supremamente desagradable y repugnante.
El Dr. Panagis Galiatsatos afirmó que esto significa "desarrollar una cultura de prevención del tabaquismo", con el objetivo de garantizar que los cigarrillos no solo ya no estén accesibles de forma legal, sino que tampoco resulten atractivos. Galiatsatos es director de la Clínica de Tratamiento del Tabaco de Johns Hopkins Medicine, en Baltimore, y vocero médico voluntario de la Asociación Americana del Pulmón.
Muchos fumadores están de acuerdo
Para garantizarlo, Galiatsatos concurre en que el tipo de prohibición gradual que Nueva Zelanda está implementando "se puede lograr en todos los sitios", al menos en teoría.
Pero tanto él como Folan enfatizan que cualquier política nacional que busque eliminar el tabaquismo tendrá que verse acompañada de programas efectivos que ayuden a los fumadores actuales a abandonar el hábito.
Y Galiatsatos dijo que los programas de cesación del tabaquismo también deberán arraigarse en una postura "sin estigma y sin juicio", de forma que los fumadores comprendan con claridad que el consejo que reciben no es un ataque contra fumar, sino una estrategia contra fumar.
Aun así, la prohibición de las ventas es atractiva de por sí, señaló Folan, dado que "muchos de los pacientes que atendemos en nuestro programa de cesación del tabaquismo afirman que desearían que no se vendieran cigarrillos" en primer lugar.
"Sienten que hay un distribuidor de drogas/nicotina/cigarrillos en cada esquina, lo que desencadena sus deseos intensos de fumar", anotó Folan. Entonces, a largo plazo, añadió que "quizá la respuesta sea deshacerse del desencadenante".
Más información
Aprenda más sobre las prohibiciones de fumar y políticas relacionadas en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Panagis Galiatsatos, MD, MHS, director, Tobacco Treatment Clinic, Johns Hopkins Medicine, Baltimore, and volunteer medical spokesman, American Lung Association; Patricia Folan, RN, DNP, director, Center for Tobacco Control, Northwell Health, Great Neck, N.Y.; New York Times
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