Los problemas mentales pueden persistir más de un año tras una COVID grave
MARTES, 15 de marzo de 2022 (HealthDay News) -- Las personas que sufren una COVID-19 grave tienen un riesgo más alto de depresión y otros problemas mentales que pueden durar más de un año, sugiere un estudio de gran tamaño.
Los investigadores reportaron que los pacientes con COVID confinados en la cama, pero no hospitalizados, durante una semana o más pueden experimentar depresión, ansiedad, angustia y problemas para dormir hasta 16 meses tras estar enfermos. Las personas con unas infecciones leves de COVID fueron menos propensas a desarrollar problemas mentales.
"Estos datos sugieren que la infección con el SARS-CoV-2 no se asocia con unos síntomas adversos de salud mental a largo plazo en la mayoría de los individuos, mientras que se necesita estar alerta a los riesgos de síntomas de salud mental adversos a largo plazo entre la proporción de pacientes que sufren una enfermedad aguda grave", señaló la investigadora principal, Unnur Anna Valdimarsdóttir, profesora de epidemiología de la Universidad de Islandia, en Reikiavik.
Estos hallazgos sugieren que una mayor vigilancia de los síntomas de salud a largo plazo es esencial para los que tienen una enfermedad grave con la COVID-19, apuntó.
Este estudio no prueba que la COVID provoque estos problemas de la salud mental, solo que parecen estar conectados.
En el estudio, Valdimarsdóttir y sus colaboradores examinaron los datos de más de 247,000 personas en Dinamarca, Estonia, Islandia, Noruega, Suecia y Reino Unido. De ellas, un 4 por ciento fueron diagnosticadas con COVID-19 entre finales de marzo de 2020 y agosto de 2021.
Las personas diagnosticadas con la COVID-19 tenían una tasa más alta de depresión, en comparación con las que no estuvieron enfermas (un 20 frente a un 11 por ciento). Y un 29 por ciento de los pacientes con COVID dormían mal, en comparación con un 24 por ciento de los que no tuvieron el virus.
Esto es equivalente a un aumento de un 18 y un 13 por ciento en las tasas de depresión y de un sueño de mala calidad, tras ajustar por factores como la edad, el sexo, el nivel educativo, el peso y los antecedentes de trastornos psiquiátricos.
Los investigadores no encontraron ninguna diferencia entre los participantes con y sin COVID en las tasas de ansiedad o angustia relacionada con la COVID.
Pero los pacientes que habían estado confinados a la cama una semana o más se enfrentaban a unos problemas duraderos, encontró el estudio. A lo largo de 16 meses, siguieron teniendo hasta un 60 por ciento más de probabilidades de experimentar unos niveles más altos de depresión y ansiedad, en comparación con las personas que nunca estuvieron infectadas, anotó Valdimarsdóttir.
David Putrino, profesor asociado de rehabilitación y rendimiento humano de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York, revisó los hallazgos.
"No resulta sorprendente que si se tiene una enfermedad más grave, es más probable que se experimente unos resultados de salud mental significativos en el seguimiento a largo plazo", planteó.
Putrino apuntó que no está claro si estos problemas son provocados por el trauma de estar muy enfermo o por la COVID en sí.
"Quizá los individuos con una enfermedad más grave experimenten unos síntomas más persistentes que interfieran con su capacidad de volver a su vida previa a la infección, y esto provoca los problemas de salud mental", dijo.
El Dr. Scott Krakower, psiquiatra del Hospital Northwell Health Zucker Hillside en Glen Oaks, Nueva York, dijo que la COVID podría provocar una inflamación cerebral que resulte en los problemas.
Añadió que el estrés de la pandemia se ha cobrado un precio, y que las personas están en riesgo de sentirse deprimidas y ansiosas.
"Hubo muchos factores psicosociales que podrían afectar el pronóstico de las personas con COVID aparte de solo estar enfermas", apuntó Krakower, que no participó en el estudio.
Putrino instó a las personas que se sientan deprimidas o que tengan problemas para dormir tras sufrir la COVID a que hablen con el médico al respecto.
"Hay ayuda disponible para el trastorno por estrés postraumático, para la ansiedad y para la depresión", añadió. "So afecciones tratables que se pueden gestionar".
Los hallazgos se publicaron en la edición en línea del 14 de marzo de la revista The Lancet Public Health.
Más información
Aprenda más sobre la COVID-19 y la salud mental en la Kaiser Family Foundation.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Unnur Anna Valdimarsdóttir, PhD, professor, epidemiology, University of Iceland, Reykjavik; David Putrino, PhD, director, rehabilitation innovation, Mount Sinai Health System, New York City, and associate professor, rehabilitation and human performance, Icahn School of Medicine at Mount Sinai; Scott Krakower, DO, psychiatrist, Northwell Health Zucker Hillside Hospital, Glen Oaks, N.Y.; The Lancet Public Health, online, March 14, 2022
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