Los hospitales están racionando las pastillas y las infusiones para la COVID mientras los casos aumentan
VIERNES, 7 de enero de 2022 (HealthDay News) -- Se trata de la ironía máxima: ahora hay más tratamientos para la COVID-19 que en ningún otro momento de la pandemia, pero el creciente número de casos por el aumento de la variante ómicron podría significar que quizá, cuando más los necesite, no pueda conseguirlos.
Los médicos y los sistemas de salud están de nuevo en la difícil posición de racionar los suministros para satisfacer las demandas de los que están en las peores situaciones, informó el New York Times.
Algo que empeora el dilema es que no todas las infusiones y pastillas para tratar a las personas con COVID funcionan bien contra la variante ómicron.
"Simplemente no hay suficiente para satisfacer las necesidades de todo el que tenga COVID en las próximas semanas y que esté en riesgo de unas complicaciones graves", declaró al Times la Dra. Natasha Bagdasarian, la directora médica de Michigan. "No pienso que ahora mismo haya una forma de asegurar que llegue a toda la gente correcta".
Para gestionar la escasez de suministros, los proveedores de atención la salud están desarrollando algoritmos para determinar quién recibe el tratamiento. A algunos proveedores apenas les quedan unas cuantas docenas de tratamientos para los pacientes que aún están por llegarles. Algunos administran vitaminas a ciertos pacientes, en lugar de los medicamentos autorizados.
Entre aquellos a los que se les está rehusando el tratamiento se encuentran los que tienen un riesgo alto de complicaciones, pero que se han vacunado, informó el Times.
Aunque las personas sin vacunar tienen un riesgo más alto de hospitalización y muerte que las que se han vacunado, esto hace que la gente sienta "como si se estuviera recompensando la intransigencia", dijo al Times el Dr. Matthew K. Wynia, que es el director del Centro de Bioética y Humanidades de la Universidad de Colorado, y que también ha aconsejado al estado sobre la forma de racionar los tratamientos para la COVID.
Los empleados se apresuran a desarrollar algoritmos que los ayuden a racionar los suministros de los pacientes, al mismo tiempo que se enfrentan a la escasez de personal, señaló al Times la Dra. Kelly Gebo, especialista en enfermedades infecciosas y epidemiología de la Universidad Johns Hopkins.
"Como trabajadores de la atención de la salud, es desmoralizador que no podamos administrar la atención óptima cuando tenemos unos recursos limitados", aseguró Gebo.
La situación recuerda a la etapa temprana de la pandemia, cuando el equipo de protección personal y los ventiladores eran escasos.
"Cuando voy a casa de noche me dan náuseas, porque me hace sentir que estoy decidiendo, con estos recursos limitados, quiénes los reciben", declaró al periódico el Dr. Christian Ramers, especialista en enfermedades infecciosas de los Centros de Salud Familiar de San Diego, una red de clínicas para pacientes con unos ingresos bajos.
Las clínicas de Ramers han tenido que rechazar a la mayoría (casi un 90 por ciento) de los cientos de personas que llaman cada día en búsqueda de tratamientos para la COVID para los cuales son elegibles, añadió.
"Es devastador decirles a estos pacientes que lo sentimos, que no podemos hacer nada por ellos, que tenemos que ahorrar el medicamento para las personas más inmunocomprometidas", dijo al Times Erin McCreary, una farmacéutica de enfermedades infecciosas del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh.
Los anticuerpos monoclonales, que se administran por vía intravenosa, han sido el tratamiento primario para los pacientes recién infectados. Pero los dos tipos más comunes no parecen mantener a la ómicron a raya.
Hay unos suministros limitados del único anticuerpo monoclonal que es efectivo contra la ómicron, fabricado por GlaxoSmithKline y Vir Biotechnology. El gobierno federal apenas ha pedido unos 450,000 regímenes de tratamiento, informó el Times. Estados Unidos no pidió de inmediato suministros de este tratamiento cuando se autorizó el mayo pasado, porque ya tenía grandes existencias de los otros tratamientos de anticuerpos.
Mientras tanto, Paxlovid es una nueva y potente pastilla antiviral de Pfizer que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. autorizó hace dos semanas. Pero los suministros del fármaco también escasean. No habrá existencias abundantes de Paxlovid hasta abril, aunque la administración de Biden duplicó su pedido esta semana. Apenas ahora comienzan a estar disponibles unas grandes cantidades del tratamiento, porque la producción de las pastillas tarda ocho meses, informó el Times.
El foco actual de algunos proveedores es usar estos medicamentos limitados para ayudar a las personas que tienen unos sistemas inmunitarios debilitados o que no están vacunadas.
Patrick Creighton, un presentador de programas deportivos de radio de 48 años, de Katy, Texas, contrajo la COVID durante las fiestas de fin de año, y logró conseguir algunas pastillas de Paxlovid, pero tuvo que realizar dos visitas de telesalud y llamar a 19 farmacias antes de tenerlas a mano.
"Para todo el mundo debería ser fácil conseguirla", declaró Creighton al Times.
Más información
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. ofrecen más información sobre la COVID-19.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTE: New York Times
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