Las recetas de Valium y Xanax podrían aumentar el riesgo de sobredosis de los jóvenes
MARTES, 29 de noviembre de 2022 (HealthDay News) -- Los adolescentes y adultos jóvenes que usan benzodiacepinas podrían tener un mayor riesgo de sobredosis, encuentra un estudio reciente.
Entre las benzodiacepinas se encuentran ansiolíticos como Ativan, Klonopin, Valium y Xanax, además de somníferos como estazolam (ProSom), triazolam (Halcion) y temazepam (Restoril).
En el nuevo estudio, los investigadores encontraron que los jóvenes a quienes se recetaron estos medicamentos para el insomnio tenían un mayor riesgo de sobredosis en un plazo de seis meses. En comparación con los adolescentes y los adultos a los que les recetaron otros medicamentos para dormir, sus probabilidades de sobredosis eran un 44 por ciento más altas.
"Esta es una consideración de seguridad importante cuando se trata el insomnio en los jóvenes", planteó la investigadora principal, Greta Bushnell, del Instituto Rutgers de Salud, Políticas de Atención de la Salud y Envejecimiento en Nueva Brunswick, Nueva Jersey.
Los hallazgos, que se publicaron en una edición reciente de la revista JAMA Network Open, amplían un panorama mucho más grande sobre los riesgos de las benzodiacepinas.
Los potenciales peligros de los fármacos son bien conocidos, y abarcan desde efectos secundarios a corto plazo como somnolencia y mareo hasta la adicción y las sobredosis, que pueden resultar letales. Las benzodiacepinas deprimen al sistema nervioso central, y el riesgo de sobredosis es particularmente alto cuando las personas las toman con otras sustancias que tienen efectos similares, entre ellas el alcohol y los analgésicos opioides.
En 2016, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. añadió una advertencia de "recuadro negro" a las etiquetas tanto de los opioides como de las benzodiacepinas recetados, en que se advierte que no se deben combinar.
No hay duda de que las sobredosis son un grave problema: en 2020, más de 12,000 estadounidenses fallecieron de una sobredosis en que estaba implicada una benzodiacepina, con frecuencia en combinación con un opioide, según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EE. UU.
Pero se ha sabido relativamente poco sobre el riesgo de sobredosis de los jóvenes a quienes les recetan una benzodiacepina para el insomnio, apuntó Bushnell.
Para estudiar esta pregunta, su equipo recurrió a una base de datos nacional de reclamaciones de seguro. Encontraron información sobre casi 90,000 estadounidenses de 10 a 29 años a quienes se recetó un medicamento para el insomnio entre 2009 y 2018.
Entre los más de 23,000 pacientes a quienes se recetó una benzodiacepina, un 0.9 por ciento fueron tratados por una sobredosis en un plazo de seis meses. Esto es en comparación con un 0.8 por ciento de los jóvenes que tomaban otros somníferos, como el antidepresivo trazodona (Desyrell), o los "medicamentos Z", que son relativamente más nuevos, eszopiclona (Lunesta), zolpidem (Ambien) y zaleplón (Sonata).
Después de que los investigadores sopesaran otros factores (como las afecciones de salud física o mental coexistentes), los jóvenes que tomaban benzodiacepinas tenían un 44 por ciento más de probabilidades de sufrir una sobredosis, en comparación con los que tomaban otros medicamentos.
No resultó sorprendente que el riesgo fuera particularmente elevado entre los usuarios de benzodiacepinas a los que también les habían recetado un opioide hacía poco. En ese grupo, un 1.6 por ciento fueron tratados por una sobredosis en un plazo de seis meses.
Pero Bushnell anotó que las circunstancias alrededor de las sobredosis (entre ellas la frecuencia con la que implicaban un abuso de los somníferos) se desconocen.
En este momento, se comienzan a evitar las recetas de benzodiacepinas para el insomnio, según una especialista en trastornos del sueño que no participó en el estudio.
"No tenemos que tratar el insomnio con benzodiacepinas, y tal vez ni usar ningún fármaco", señaló la Dra. Sabra Abbott, profesora asociada de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad del Noroeste, en Chicago.
Con frecuencia, apuntó, los jóvenes pueden establecer unos patrones de sueño más saludables al cambiar sus hábitos de vigilia, por ejemplo reducir la cafeína y el tiempo frente a las pantallas en la noche.
Dicho esto, Abbott anotó que cuando los jóvenes acuden a un especialista del sueño, en general ya han probado estas medidas de estilo de vida.
En esos casos, aseguró que el tratamiento de "primera línea" es la terapia cognitivo conductual, que implica resolver las ansiedades que las personas tienen respecto al sueño, y trabajar para desarrollar unas creencias y conductas más saludables.
"Es la mejor forma de resolver el insomnio a largo plazo", planteó Abbott. Cuando se receta un medicamento, añadió, debe ser una "ayuda a corto plazo".
Pero no todo el mundo tiene un acceso fácil a la terapia cognitivo conductual, y es probable que esto sea uno de los motivos de que muchas personas con insomnio reciban una receta de un fármaco, anotó Abbott.
Aun así, Bushnell se mostró de acuerdo en que las benzodiacepinas, al menos, se están recetando con menos frecuencia hoy en día. Apuntó a un estudio de 2021 que encontró unas tasas en declive de recetas de benzodiacepinas (por cualquier motivo) a adolescentes y adultos jóvenes de EE. UU. en la última década.
Hubo una reducción particularmente marcada en el número de jóvenes con recetas de benzodiacepinas y opioides.
Bushnell apuntó que este estudio solo observó el riesgo de sobredosis, y cualquier medicamento tiene el potencial de efectos secundarios. Entonces, es importante que los médicos y los pacientes hablen sobre los beneficios y los riesgos de cualquier medicamento recetado, aclaró.
Más información
La Sleep Foundation ofrece más información sobre el tratamiento del insomnio
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Greta Bushnell, PhD, MSPH, assistant professor, epidemiology, Rutgers School of Public Health, faculty member, Rutgers Institute for Health, Health Care Policy and Aging Research, New Brunswick, N.J.; Sabra Abbott, MD, PhD, associate professor, neurology, sleep medicine division, Northwestern University Feinberg School of Medicine, Chicago; JAMA Network Open, Nov. 22, 2022, online
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