La terapia T con RAQ ayuda a los niños que se enfrentan a letales tumores del sistema nervioso
JUEVES, 6 de abril de 2023 (HealthDay News) -- Una terapia que equipa al sistema inmunitario para que encuentre y destruya a las células tumorales muestra un potencial temprano contra un cáncer pediátrico raro y agresivo.
Los expertos afirmaron que los hallazgos son "promisorios". Pero advirtieron que se necesitan estudios mucho más grandes para ver si, y cómo, el tratamiento puede encajar en la batalla contra el cáncer, llamado neuroblastoma.
El neuroblastoma comienza en las células nerviosas inmaduras, y los tumores en general son aparentes primero en el abdomen. Afecta sobre todo a bebés y a niños menores de 5 años. Cada año en Estados Unidos, unos 800 niños son diagnosticados con la enfermedad, según la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society).
Alrededor de la mitad de estos niños son diagnosticados después de que el cáncer se ha propagado y se considera de "alto riesgo".
En ese momento, se necesita un tratamiento agresivo. El régimen típico comienza con una quimioterapia de alta dosis, seguida por cirugía para extirpar cualquier tumor restante y visible. Luego se administra quimioterapia adicional, un trasplante de células madre para reconstruir el sistema inmunitario decimado, y después radiación.
En los últimos años, los médicos han añadido otra arma al final de este régimen: el anticuerpo monoclonal dinutuximab. El medicamento se vincula a la GD2, una proteína en la superficie de muchas células del neuroblastoma. Se administra junto con ciertas proteínas del sistema inmunitario, con la esperanza de mejorar la respuesta inmunitaria de un niño a las células cancerosas que han sobrevivido al ataque del tratamiento.
A pesar de todo esto, muchos niños enfermos de cualquier forma fallecen de la enfermedad. Alrededor de un 40 a un 50 por ciento de los niños siguen con vida y libres de recurrencia cinco años más tarde, según los investigadores del nuevo ensayo, del Hospital Pediátrico Bambino Gesù, en Roma.
Sus resultados se publicaron en la edición del 6 de abril de la revista New England Journal of Medicine.
En el estudio participaron 27 niños con unos casos particularmente difíciles de neuroblastoma de alto riesgo. Su cáncer había vuelto o no respondía a los tratamientos iniciales. Más o menos la mitad recibieron dinutuximab.
Los investigadores probaron otra táctica que ha funcionado bien para algunos casos agresivos de cánceres de la sangre, pero que todavía no se ha probado en otros tipos de cáncer: la terapía de células T con RAQ.
Como el dinutuximab, la terapía de células T con RAQ implica al sistema inmunitario, pero de una forma muy distinta: los médicos sacan una muestra de células T del paciente, entonces las alteran genéticamente para dotarlas de receptores de antígenos quiméricos, o RAQ.
Estos RAQ permiten a las células T reconocer ciertos marcadores en la superficie de células específicas que no son nada buenas, por ejemplo las células del cáncer. Una vez las células T vuelven a infundirse al paciente, pueden iniciar un ataque dirigido contra las células enemigas.
En este ensayo, las células T de los niños se equiparon para que reconocieran a la GD2, una proteína del neuroblastoma.
En un plazo de seis semanas tras el tratamiento, un 63 por ciento de los niños habían respondido, lo que quiere decir que su cáncer había tenido una regresión al menos parcial. Nueve niños, lo que equivale a un tercio, no mostraban ninguna señal de la enfermedad, aunque cuatro tuvieron una recaída posterior.
Tras tres años, un 40 por ciento de todos los niños del ensayo seguían con vida, pero la supervivencia fue más alta (de un 60 por ciento) en el pequeño subgrupo que recibió la dosis de células T con RAQ.
"Parece promisorio a partir de estos resultados. Pero este estudio es pequeño, y el seguimiento fue de tres años", señaló la Dra. Rani George, hematóloga y oncóloga pediátrica del Hospital Pediátrico de Boston/Instituto Oncológico Dana-Farber.
Se necesitan unos ensayos más grandes antes de que las células T con RAQ puedan convertirse en un tratamiento "ampliamente aceptado" para esta enfermedad, según George, que no participó en el ensayo.
Apuntó que no está claro si en realidad podría ser más efectivo que la terapia estándar actual con dinutuximab.
George anotó que es posible que las células T con RAQ pudieran evitar algunos efectos secundarios del anticuerpo, lo que incluye el dolor. O la terapia celular podría ser una opción cuando los niños no respondan al dinutuximab.
Pero todo esto todavía está por verse, aclaró George.
Las células T con RAQ conllevan sus propios efectos secundarios graves. Uno importante es el síndrome de liberación de citoquinas, en que las células T infundidas inundan al torrente sanguíneo con unas sustancias llamadas citoquinas, que pueden provocar problemas como una fiebre alta y una bajada marcada de la tensión arterial. Los casos graves pueden resultar letales.
La mayoría de los niños en este ensayo, anotó George, desarrollaron el síndrome de liberación de citoquinas, aunque casi todos los casos fueron leves.
Como medida de seguridad, el equipo italiano introdujo un "interruptor de apagado" en las células T con RAQ, un gen que, cuando era activado mediante un medicamento, hacía que las células T se suicidaran, para con algo de suerte frenar los efectos secundarios graves.
En teoría, esto podría tratar a los casos peligrosos de síndrome de liberación de citoquinas, según los doctores Oladapo Yeku y Dan Longo, del Centro Oncológico del Hospital General de Massachusetts y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard.
Escribieron un editorial que se publicó con el estudio.
En el mismo, afirman que la seguridad y la eficacia de la terapia son "favorables", pero también apuntan a la necesidad de estudios de mayor tamaño. Escribieron que una meta importante es comprender por qué algunos niños con neuroblastoma responden a las células T con RAQ, pero otros no.
Más información
La Sociedad Americana Contra El Cáncer ofrece un resumen sobre el neuroblastoma.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Rani George, MD, PhD, pediatric hematology/oncology, Boston Children's Hospital/Dana-Farber Cancer Institute, and professor, pediatrics, Harvard Medical School, Boston; New England Journal of Medicine, April 6, 2023
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