La mayoría de los hombres con un cáncer de próstata de bajo riesgo prescinden ahora de una cirugía inmediata
MARTES, 4 de abril de 2023 (HealthDay News) -- En la última década, cada vez más estadounidenses con un cáncer de próstata temprano han postergado la radiación y la cirugía, las opciones estándar de tratamiento, indica una nueva investigación.
Más bien, muchos hombres de EE. UU. con un cáncer de próstata de riesgo bajo o intermedio han adoptado la "vigilancia activa", en que su enfermedad se monitoriza con cuidado para detectar cualquier señal de progresión que pudiera requerir una intervención en algún momento.
En el nuevo estudio, los investigadores encontraron que, desde 2010, el número de pacientes con un cáncer de próstata de bajo riesgo que han elegido la vigilancia activa en lugar de un tratamiento inmediato se ha disparado de un 16 por ciento a alrededor de un 60 por ciento.
En el mismo periodo, la vigilancia también ha aumentado entre los pacientes con un riesgo intermedio, al pasar de más o menos un 8 a un 22 por ciento.
La tendencia parece reflejar el hecho de que "las sociedades profesionales ya han propugnado la vigilancia activa de los cánceres de bajo riesgo durante más de una década", comentó el autor principal, el Dr. Bashir Al Hussein Al Awamlh, miembro de oncología urológica del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee.
"La teoría subyacente de la vigilancia activa es que algunos cánceres tienen un potencial bajo de propagarse fuera de la próstata, y no son letales", anotó Al Hussein Al Awamlh. En tales casos, el tratamiento inmediato no es necesario.
Los estudios indican que, a lo largo de 10 años, más o menos la mitad de todos los pacientes con un riesgo bajo e intermedio que eligen la vigilancia en lugar del tratamiento tendrán que someterse a un tratamiento en algún momento, apuntó.
Pero "la vigilancia activa nos permite monitorizar estos cánceres de cerca, mediante el uso de pruebas de sangre, modalidades de imágenes y biopsias, para asegurar que no haya progresos", añadió Al Hussein Al Awamlh.
La meta principal es "evitar someter a los pacientes a los efectos secundarios de la radiación o la cirugía anticipadas, que afectan a la función urinaria y a la sexual", explicó.
Y este tema no es menor, aseguró el Dr. Yaw Nyame, profesor asistente del departamento de urología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en Seattle.
Nyame, que no participó en la investigación, comentó que "siempre me gusta recordar a las personas que todos nuestros tratamientos que se confinan a la próstata tienen el potencial de afectar a la calidad de vida del paciente, al afectar la función urinaria, la función intestinal y la función sexual".
Y algunos de estos efectos pueden "alterar la vida", anotó, dado que la cirugía de próstata implica un riesgo de un 15 por ciento de incontinencia y un riesgo de un 50 por ciento de disfunción eréctil en los cinco años posteriores al tratamiento.
La radiación también implica un riesgo similar para la función sexual, añadió Nyame, junto con una "tasa bastante alta" de lo que se conoce como alteraciones en la frecuencia urinaria, diarreicas e intestinales a lo largo de seis a 12 meses tras el tratamiento.
"Para mí, el riesgo de morir de un cáncer de próstata tiene que tener el tamaño suficiente sin el tratamiento como para que todos esos efectos secundarios de estos tratamientos valgan la pena", aseguró Nyame.
Aquí es donde la vigilancia activa ayuda, dijo Al Hussein Al Awamlh. Por definición, cuando se considera que un cáncer tiene un riesgo bajo, significa que las probabilidades de que el cáncer al final se propague siguen siendo bajas. Y "creemos que podemos detectar estos cánceres antes de que progresen", afirmó.
¿Cómo saben los médicos que un paciente tiene un cáncer de próstata de riesgo bajo o intermedio, en lugar de los casos agresivos en etapa tardía que requieren una intervención inmediata?
Al Hussein Al Awamlh apuntó que se realiza una determinación basada en factores como el tamaño del tumor, los resultados de las biopsias, unas pruebas de sangre diseñadas para medir los niveles del antígeno prostático específico (APE), y si el cáncer en cuestión "se ha abierto camino o no a través de la capa externa de la próstata".
Nyame dijo que, desde principios de los 2000, varios estudios han mostrado que, para las personas diagnosticadas con una enfermedad de riesgo bajo o mediano, "la estrategia de la vigilancia activa es segura". Entre los que eligen la vigilancia, apenas alrededor de un 3 por ciento acaban al final con un cáncer avanzado en etapa 4 en un periodo de 10 años, y menos de un 1 por ciento fallecen de la enfermedad.
Por este motivo, tanto Al Hussein Al Awamlh como Nyame apuntaron que las directrices de salud pública, como las descritas por la Red Nacional Integral del Cáncer (National Comprehensive Cancer Network), aconsejan contundentemente la vigilancia activa a los médicos, en lugar del tratamiento inmediato, cuando sea adecuado.
El estudio actual sugiere que el mensaje está llegando.
Los investigadores analizaron los datos de una base de datos de EE. UU. que incluía a hombres de a partir de 40 años que recibieron un diagnóstico de cáncer de próstata con un riesgo bajo o un riesgo intermedio "favorable" entre 2010 y 2018. En ese tiempo, los números de la vigilancia activa aumentaron a un 60 y un 22 por ciento, respectivamente, según el informe.
Pero la buena noticia llega con ciertas salvedades. Los autores del estudio anotaron que los pacientes estadounidenses todavía son mucho menos propensos a elegir la vigilancia que sus pares europeos.
Además, fue menos frecuente que la vigilancia activa fuera presentada como opción a/elegida por los hombres hispanos, los residentes rurales y los hombres con menos recursos, reveló el estudio. Nyame afirmó que esto sugiere que "no abordamos esto de una forma equitativa".
Los hallazgos se publicaron en la edición en línea del 3 de abril de la revista JAMA Internal Medicine.
Más información
Aprenda más sobre la vigilancia activa del cáncer de próstata en la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society).
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Bashir Al Hussein Al Awamlh, MD, urologic oncology fellow, department of urology, Vanderbilt University Medical Center, Nashville, Tenn.; Yaw A. Nyame, MD, MS, MBA, assistant professor, University of Washington School of Medicine, Seattle, and physician, Fred Hutch Cancer Center; JAMA Internal Medicine, April 3, 2023, online
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