La culebrilla aumenta las probabilidades de ACV y ataque cardiaco en casi un 30 por ciento
LUNES, 5 de diciembre de 2022 (HealthDay News) -- Las personas que han sufrido culebrilla podrían enfrentarse a un mayor riesgo de ataque cardiaco o accidente cerebrovascular (ACV) en años posteriores, sugiere un nuevo estudio de gran tamaño.
Cualquiera que haya tenido varicela puede desarrollar culebrilla, un doloroso sarpullido que es provocado por una reactivación del virus que provoca a la varicela. Alrededor de un tercio de los estadounidenses desarrollan culebrilla en algún momento de su vida, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
El nuevo estudio, con más de 200,000 adultos de EE. UU., encontró que los que habían sufrido un episodio de culebrilla tenían hasta un 38 por ciento más de probabilidades de sufrir un ACV en los próximos 12 años, frente a los que se habían librado de la culebrilla. Por otra parte, su riesgo de enfermedad cardiaca, que incluye un ataque cardiaco, era hasta un 25 por ciento más alto.
Los hallazgos, que se publicaron en una edición reciente de la revista Journal of the American Heart Association, no prueban que la culebrilla aumente el riesgo de problemas cardiovasculares de forma directa.
Pero es biológicamente plausible, según los investigadores: el virus reactivado puede llegar a los vasos sanguíneos, provocar inflamación, y esto podría contribuir a "eventos" cardiovasculares como el ataque cardiaco y el ACV.
Algunos estudios anteriores han encontrado que los riesgos cardiovasculares pueden aumentar tras la culebrilla, pero han observado el corto plazo.
No ha estado claro cuánto tiempo persiste el riesgo, señaló la Dra. Sharon Curhan, investigadora principal del nuevo estudio.
"Nuestros hallazgos demuestran que la culebrilla se asocia con un riesgo a largo plazo significativamente más alto de un evento cardiovascular mayor, y la elevación en el riesgo podría persistir durante 12 o más años tras tener culebrilla", advirtió Curhan, del Hospital Brigham and Women's, en Boston.
Este es un hallazgo importante, aseguró la Dra. Elisabeth Cohen, oftalmóloga y profesora de la Facultad de Medicina Grossman de la NYU, en la ciudad de Nueva York.
"Lo que muestran es que el riesgo a corto plazo no desaparece simplemente", señaló Cohen, que estudia la enfermedad ocular relacionada con la culebrilla.
Aunque la culebrilla es muy común, no se toma tan en serio como se debería, según Cohen.
Todo comienza con el virus de la varicela, llamado varicela-zóster. Cuando una persona contrae el virus (como casi todos los estadounidenses nacidos antes de 1980), este permanece inactivo en el cuerpo, ocultándose en los nervios.
Por lo general, el sistema inmunitario mantiene al virus a raya. Pero cuando la función inmunitaria de una persona se debilita (debido a la edad, la enfermedad o los medicamentos, por ejemplo), el virus de varicela-zóster puede reactivarse, y provocar culebrilla.
Típicamente, la culebrilla provoca un doloroso sarpullido en la piel, que consiste en ampollas llenas de fluido, y en general mejora en unas semanas, según los CDC.
En algunos casos, la culebrilla afecta al área que rodea al ojo (una afección llamada herpes zóster oftálmico), lo que puede conducir a graves problemas, como úlceras en la córnea y una pérdida duradera de la visión. Por otro lado, de un 10 a un 18 por ciento de las personas con culebrilla desarrollan neuralgia postherpética (NPH), un dolor nervioso que puede durar entre meses y años después de que el sarpullido cutáneo desaparece.
La enfermedad ocular por la culebrilla, comentó Cohen, se vincula con un riesgo más alto de ACV a corto plazo, en comparación con una culebrilla más leve.
El estudio más reciente observó a la culebrilla en conjunto. Curhan dijo que no está claro si las complicaciones de la culebrilla, como la NPH y la enfermedad ocular, se vinculan con unos mayores aumentos en los riesgos de enfermedad cardiaca y ACV a largo plazo.
Durante gran parte del periodo del estudio, no había una vacuna contra la culebrilla.
La buena noticia es que ahora hay una disponible, con una alta efectividad, dijeron ambos médicos.
"La vacunación contra la culebrilla podría proveer una oportunidad valiosa para reducir la carga de la culebrilla, y también quizá para reducir el riesgo de complicaciones cardiovasculares", planteó Curhan.
Los CDC recomiendan que los adultos de a partir de los 50 años reciban dos dosis de la vacuna contra la culebrilla, llamada Shingrix. También se recomienda a las personas de a partir de 19 años que tienen unos sistemas inmunitarios debilitados, debido a una enfermedad o a tratamientos médicos.
La vacuna tiene una efectividad de más de un 90 por ciento en la prevención de la culebrilla y la NPH en los adultos sanos, y la inmunidad permanece fuerte durante al menos siete años, señalan los CDC. Es un poco menos efectiva para las personas con una inmunidad debilitada.
Estos últimos hallazgos se basan en más de 200,000 profesionales de la salud de EE. UU., a quienes se dio seguimiento durante hasta 16 años. En ese periodo, más de 3,600 sufrieron un ACV, mientras que 8,620 desarrollaron una enfermedad cardiaca.
En general, las personas con antecedentes de culebrilla tenían hasta un 38 por ciento más de probabilidades de sufrir un ACV, y el mayor riesgo se observó entre los cinco y los ocho años tras la culebrilla. De manera similar, su riesgo de enfermedad cardiaca fue hasta un 25 por ciento más alto, y alcanzó su máximo entre nueve y 12 años tras el episodio de culebrilla.
Estos fueron los riesgos después de que los investigadores tomaran en cuenta muchos otros factores, como la edad, las afecciones crónicas de la salud, el peso, los hábitos de ejercicio y el tabaquismo.
Lamentablemente, cualquiera con la mala suerte de haber tenido culebrilla puede tenerla de nuevo, apuntó Cohen. Entonces, estas personas también deben vacunarse cuando sean elegibles.
"La mayoría de los que hemos tenido culebrilla (y yo la he tenido) nunca deseamos desarrollarla otra vez", enfatizó Cohen.
Más información
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. ofrecen más información sobre la culebrilla.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Sharon Curhan, MD, ScM, physician and epidemiologist, Brigham and Women's Hospital, Harvard Medical School, Boston; Elisabeth Cohen, MD, professor, ophthalmology, NYU Grossman School of Medicine, New York City; Journal of the American Heart Association, Nov. 16, 2022, online
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