Hacer muchas siestas podría aumentar las probabilidades de Alzheimer de los adultos mayores
JUEVES, 17 de marzo de 2022 (HealthDay News) -- Hacer unas siestas más largas o más frecuentes durante el día quizá parezca atractivo, pero podría ser un precursor de la enfermedad de Alzheimer.
Los adultos mayores que hacen la siesta durante el día quizá sean más propensos a desarrollar Alzheimer, mientras que las siestas también podrían ser una consecuencia de un Alzheimer que avanza, sugiere un estudio reciente.
"Las siestas durante el día y la enfermedad de Alzheimer parecen fomentar los cambios mutuos de forma bidireccional", señaló la autora del estudio, la Dra. Yue Leng, profesora asistente de psiquiatría de la Universidad de California, en San Francisco.
¿Cuál es la conclusión? "Los adultos mayores, y sobre todo los que tienen enfermedad de Alzheimer, deben prestar más atención a sus conductas de hacer siestas durante el día", dijo Leng.
Hay varias formas potenciales en que las siestas diurnas y el Alzheimer podrían estar vinculados.
"Podría ser un reflejo de una patología subyacente del Alzheimer en la etapa preclínica, que afecta a la red que promueve la vigilia y que contribuye a un aumento en la somnolencia diurna", comentó. "Las siestas diurnas excesivas también podrían afectar a, e interactuar con, el sueño nocturno, lo que resulta en una alteración de los ritmos circadianos de 24 horas, lo que también se ha vinculado con un aumento en el riesgo de Alzheimer".
En el estudio, más de 1,400 estadounidenses mayores, con una edad promedio de 81 años, usaron un monitor de actividad parecido a un reloj durante dos semanas cada año. Cualquier periodo prolongado sin actividad entre las 9 a.m. y las 7 p.m. se consideró como una siesta. Los participantes también se sometieron a una batería de pruebas neurológicas cada año.
Cuando el estudio comenzó, más de tres cuartas partes de los participantes no mostraban ninguna señal de deterioro cognitivo, un 19.5 por ciento tenían un deterioro cognitivo leve, y poco más de un 4 por ciento tenían enfermedad de Alzheimer.
Las siestas diarias aumentaron en unos 11 minutos al año entre las personas que no desarrollaron un deterioro cognitivo durante un seguimiento promedio de 14 años. Mientras mayores fueron los aumentos en las siestas, más rápido se deterioraron la memoria y las habilidades de pensamiento, mostraron los hallazgos.
La tasa de aumento en las siestas se duplicó tras un diagnóstico de deterioro cognitivo leve, y casi se triplicó tras un diagnóstico de enfermedad de Alzheimer, según el informe, que se publicó en la edición del 17 de marzo de la revista Alzheimer's & Dementia.
Otra parte del estudio buscaba determinar si hacer la siesta es un riesgo para el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Para responder a esta pregunta, los investigadores compararon a los participantes que tenían unas memorias y habilidades de pensamiento normales al inicio del estudio, pero que desarrollaron la enfermedad de Alzheimer, con sus contrapartes cuyo pensamiento se mantuvo estable durante el estudio. Encontraron que las personas mayores que hacían la siesta durante más de una hora al día tenían un riesgo un 40 por ciento más alto de desarrollar Alzheimer.
La enfermedad de Alzheimer afecta a más que la memoria y las habilidades de pensamiento, comentó el autor del estudio, el Dr. Aron Buchman, profesor de neurología del Centro Médico de la Universidad de Rush y neurólogo del Centro Rush de la Enfermedad de Alzheimer, en Chicago.
En algunos, la enfermedad puede eliminar los recuerdos, pero en otros puede resultar en problemas del sueño. En otros, podría afectar a la función motora, apuntó Buchman.
"Se necesitan más estudios para comprender mejor la relación entre las siestas y la enfermedad de Alzheimer. Pero es posible que mejorar el sueño sea una forma de modificar el curso de la enfermedad de Alzheimer y sus múltiples manifestaciones", añadió.
Unos expertos que no participaron en el estudio advierten que es demasiado pronto para decir que las siestas aumenten el riesgo de enfermedad de Alzheimer.
Los pacientes del estudio quizá ya tuvieran señales preclínicas de la enfermedad de Alzheimer en el cerebro, planteó Ricardo Osorio, director del Centro de Sueño y Salud del Cerebro de Langone de la NYU, en la ciudad de Nueva York. "A los 80 años, incluso sin síntomas, es bastante común presentar patología del Alzheimer en el cerebro", explicó.
En el futuro, la investigación debe observar los patrones de las siestas en las personas más jóvenes, y darles seguimiento para ver quién desarrolla enfermedad de Alzheimer y quién no, sugirió Osorio.
Las personas pueden hacer la siesta por motivos que no tengan nada que ver con la enfermedad de Alzheimer, dijo. Las siestas diurnas podrían ser un resultado de la apnea del sueño, un exceso de cansancio durante el día, o incluso la depresión y la soledad. "Debemos distinguir las otras cosas que podrían hacer que las personas hagan más siestas antes de sacar conclusiones", añadió Osorio.
También hay otras salvedades, observó el Dr. Derek Chong, vicepresidente de neurología del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York.
"Este estudio se realizó en Chicago, donde la sociedad tiende a tener un solo periodo de sueño en la noche", aclaró Chong. "Otras muchas culturas y sociedades hacen una siesta al mediodía que con frecuencia dura más de una hora, y se sabe que algunas de estas culturas tienen un envejecimiento lento, de forma que estos resultados quizá no sean aplicables en todo el mundo".
Aun así, este estudio sí llama la atención sobre las consecuencias de salud de dormir mal, anotó.
"Aunque el estudio no nos dice la causa de que las personas tengan que hacer más siestas, debería recordarnos la importancia de la estimulación diurna, de buscar ayuda para la depresión, y del sueño de alta calidad, y de consultar con el médico cosas como la apnea del sueño, sobre todo cuando tenemos sueño durante el día", añadió Chong.
Más información
La Asociación del Alzheimer (Alzheimer's Association) ofrece más información sobre los cambios comunes en el sueño en la enfermedad de Alzheimer y cómo tratarlos.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Yue Leng, MD, PhD, assistant professor, psychiatry, University of California, San Francisco; Aron Buchman, MD, professor, neurology, Rush University Medical Center, and neurologist, Rush Alzheimer's Disease Center, Chicago; Ricardo Osorio, director, Center for Sleep and Brain Health, NYU Langone, New York City; Derek Chong, MD, vice chair, neurology, Lenox Hill Hospital, New York City; Alzheimer's & Dementia, March 17, 2022
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