El impacto del racismo podría ralentizar la recuperación tras un ataque cardiaco
MARTES, 1 de noviembre de 2022 (HealthDay News) -- La discriminación no solo provoca dolor emocional en el momento, sino que también podría afectar a la recuperación física de una víctima tras un ataque cardiaco, sugiere una investigación reciente.
Al investigar a más de 2,600 sobrevivientes a un ataque cardiaco de 18 a 55 años, los investigadores encontraron que los que reportaron una mayor discriminación percibida fueron más propensos a tener unos peores resultados.
Un año tras el ataque cardiaco, tenían más limitaciones físicas y dolor de pecho, una calidad de vida más baja y una salud mental deteriorada.
La discriminación percibida (recibir un trato injusto debido a características personales como la raza, el género o la orientación sexual) ya se asociaba con factores de riesgo de sufrir un ataque cardiaco.
La discriminación es un factor estresante crónico, señaló el autor del estudio, Andrew Arakaki, candidato doctoral de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Yale, en New Haven, Connecticut.
"Se vincula con un aumento en la respuesta reactiva al estrés, además de una inflamación sistémica crónica", apuntó Arakaki. "Hay bastante literatura disponible sobre el impacto de la inflamación crónica en la enfermedad cardiovascular, así que esto podría ser parte del mecanismo subyacente, pero pienso que lo que hace que la discriminación se destaque de otros factores estresantes psicosociales crónicos es que se vincula muy de cerca con las barreras estructurales contra la salud". Esto incluye a cosas como el estatus económico, el acceso al seguro de salud y la inversión en los vecindarios.
Quizá algunas personas marginadas tengan problemas para acceder a las visitas posteriores a la atención, que son esenciales.
Aunque los investigadores determinaron que la discriminación percibida afectaba a resultados específicos del corazón, no encontraron el mismo vínculo con los resultados en la salud general, aclaró Arakaki.
Será importante evaluar y sopesar la carga de la discriminación cuando se trata a los pacientes jóvenes con ataques cardiacos, añadió.
"También podría ayudar a identificar a los pacientes que podrían tener, o estar en un mayor riesgo de, una peor trayectoria de recuperación", planteó Arakaki.
Los investigadores utilizaron el estudio VIRGO (por las siglas en inglés de Variación en la recuperación: el rol del género en los resultados de los pacientes jóvenes con IAM) para analizar los resultados de salud tras un ataque cardiaco. Los 2,670 pacientes fueron tratados en el hospital por un ataque cardiaco entre 2008 y 2012.
Alrededor de un 76 por ciento eran personas blancas, un 17 por ciento eran personas negras, y un 6 por ciento identificaron su raza como "otra", lo que incluyó a amerindios/nativos de Alaska, asiáticos, de las Islas del Pacífico, e indios del este. La etnia se consideró aparte de la raza, y casi un 8 por ciento de los participantes se identificaron como hispanos.
Los pacientes completaron tres cuestionarios un mes tras su ataque cardiaco y una vez más cuando se cumplieron 12 meses.
Alrededor de un tercio de los participantes afirmaron que habían experimentado discriminación en sus vidas cotidianas. Una mayor exposición a esta conducta se asoció con una peor recuperación de un ataque cardiaco en el Cuestionario de angina de Seattle, que pregunta sobre la frecuencia y la duración del dolor de pecho, la estabilidad física y la satisfacción con el tratamiento.
"Una de las cosas que sabemos es que los factores estresantes en general afectan tanto al inicio de la enfermedad como a la recuperación de cualquier tipo de enfermedad", aseguró Tené Lewis, una profesora asociada de epidemiología de la Universidad de Emory, en Atlanta, que no participó en el estudio.
"Y una de las cosas que encontramos en parte del trabajo que he hecho es que la discriminación es un factor estresante particularmente potente. En realidad a veces es más importante que algunos de los otros factores estresantes que estudiamos", añadió.
Tiene un gran impacto, aseguró Lewis, porque las personas son seres sociales.
"Cuando las personas son excluidas o maltratadas o su dignidad es vulnerada, esto se experimenta como un insulto psicológico grave que tiene implicaciones reales para la salud", enfatizó.
Se necesitan indicadores de la calidad de la atención para lo que sucede en el sistema de atención de la salud. Pero es difícil vigilar la conducta interpersonal en la vida diaria, añadió.
Para contrarrestar los factores estresantes psicológicos, como la discriminación, Lewis sugirió que las personas hagan actividad física y se rodeen de personas que las traten bien.
"Tener compasión por uno mismo y de verdad cuidarse a uno mismo, reconocer, sobre todo si ha sufrido un ataque cardiaco, que va a tener una variedad de experiencias en el encuentro clínico que no puede controlar además de las experiencias en la vida diaria que no puede controlar", recomendó Lewis. "¿Cómo va a cuidarse en esa área?".
Arakaki planteó que se necesita seguimiento en una población más diversa, además de más estudios sobre formas potenciales de identificar objetivos para las intervenciones. Como la mayoría de los participantes eran mujeres blancas, los hallazgos quizá no apliquen a toda la población. El estudio no dividió los resultados según la raza, el género, la etnia u otros tipos de estatus.
"Pienso que sin duda las intervenciones se enfocarán más en una mejora potencial del acceso a la atención en el periodo temprano de la recuperación, [y] ha habido algunos trabajos recientes que han observado a la intervención de los trabajadores sociales en el ámbito clínico", dijo Arakaki. "También es importante reconocer que los profesionales clínicos quizá no estén formados ni tengan la capacidad de... implementar algunas de estas intervenciones. Pienso que son algunos de los pasos importantes que debemos dar antes de poder de verdad hacer alguna recomendación a pacientes o proveedores con cierta certeza".
Los hallazgos se presentarán el domingo en una reunión de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association), en Chicago, y en línea.
Las investigaciones presentadas en reuniones se deben considerar preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.
Más información
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. ofrecen más información sobre el ataque cardiaco.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Andrew Arakaki, MPH, doctoral candidate, Yale School of Public Health, New Haven, Conn.; Tené Lewis, PhD, associate professor, Rollins School of Public Health, Emory University, Atlanta; presentation, American Heart Association meeting, Nov. 6, 2022
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