El eccema puede afectar a la salud mental de los niños
MIÉRCOLES, 8 de septiembre de 2021 (HealthDay News) -- El eccema no solo irrita la piel de los niños. La afección, que con frecuencia provoca deformidades, puede estar relacionada también con la depresión, la ansiedad y las dificultades para dormir, advierte una investigación reciente.
Un estudio con más de 11,000 niños y adolescentes británicos encontró que los que tenían eccema grave tenían el doble de probabilidades que los niños sin eccema de sufrir una depresión clínica.
"El eccema es una enfermedad con enrojecimiento y picazón cutánea", dijo la Dra. Katrina Abuabara, profesora asociada de dermatología de la Universidad de California, en San Francisco.
Pero es algo complejo.
"El curso y la gravedad de la enfermedad pueden ser bastante variables", explicó Abuabara. "Con frecuencia se presenta en la primera infancia, pero puede producirse a cualquier edad. Tiene tendencia a ser episódico, es decir, se intensifica y después remite, pero estos ciclos pueden ser crónicos a lo largo de los años".
"En muchos niños, la enfermedad parece mejorar durante la adolescencia, pero hemos encontrado que algunos de ellos continúan teniendo una enfermedad episódica durante la edad adulta", añadió.
El riesgo aumenta entre las personas con antecedentes familiares de la enfermedad o afecciones relacionadas, como el asma y las alergias. Y la enfermedad "es bastante común y afecta hasta a un 20 por ciento de los niños y a un 10 por ciento de los adultos", señaló Abuabara.
Entre los niños que ella y sus colaboradores empezaron a monitorizar en 1991, la prevalencia anual de eccema, también conocida como dermatitis atópica, osciló entre el 14 y el 19 por ciento entre los 3 y los 18 años.
Más o menos de un 22 a un 40 por ciento desarrollaron una forma moderada o grave de la enfermedad, y el resto de los casos fueron leves.
Además de estar relacionado con el doble de riesgo de depresión, el eccema grave también duplicó el riesgo de comportamientos depresivos o ansiedad, que en general indican unas dificultades emocionales y psicológicas subyacentes. Los casos graves también aumentaron las probabilidades de tener problemas de sueño.
Los niños con depresión tenían más probabilidades de ser de sexo femenino y de una clase social más alta, encontraron los autores.
El eccema leve y moderado no se relacionó con un riesgo más alto de depresión en la niñez, destacó el equipo. Pero entre los niños de hasta apenas 4 años, incluso los casos menos graves de eccema se relacionaron con un aumento del 29 al 84 por ciento en el riesgo de conductas de interiorización.
Esto es preocupante, señalaron Abuabara y sus colaboradores, ya que los niños que luchan con la depresión o un sufrimiento emocional incipiente pueden afrontar un mayor riesgo de depresión, ansiedad y mala salud general cuando sean adultos.
"Muchos padres de niños con eccema le dirán que puede ser una enfermedad engañosamente devastadora", dijo Abuabara.
"Hace mucho tiempo que se sabe que el eccema provoca trastornos del sueño que afectan a toda la familia", añadió, "y sin duda puede afectar al bienestar emocional. Cada vez más, los estudios revelan que algunos tipos de eccema son más que algo 'superficial' y afectan a la salud general de diversas formas".
En general, "es bien sabido que las enfermedades de la piel afectan a la calidad de vida de los pacientes y provocan depresión", coincidió el Dr. Robert Kirsner, presidente del departamento de dermatología y cirugía cutánea de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami.
A menudo se piensa que en este aspecto los niños tienen una resiliencia relativa, dijo Kirsner, que no formó parte del equipo del estudio.
Pero, "como es posible comprender, el eccema grave, incluso en los niños, puede provocar depresión y síntomas de interiorización como una baja autoestima, miedo y preocupación", advirtió.
Es de destacar el hallazgo de que "parece que incluso los pacientes afectados de forma menos grave se ven emocionalmente afectados por la enfermedad y pueden interiorizar sus sentimientos y mostrar síntomas", afirmó Kirsner.
Esto sugiere que "un tratamiento experto más agresivo, incluso para el eccema leve, puede mejorar la vida de los niños y tiene el potencial de generar beneficios para la salud mental a más largo plazo", añadió.
¿Qué pueden hacer los padres?
Abuabara afirmó que deben obtener la mejor atención posible no solo para el eccema en sí mismo, sino también para las dificultades emocionales que puede desencadenar.
"Si tiene un hijo con eccema que le preocupa, es importante hablar con su médico sobre la optimización del tratamiento para el eccema y preguntar sobre las pruebas conductuales y el apoyo a través de su clínica o escuela", concluyó Abuabara.
Los hallazgos aparecen en la edición en línea del 1 de septiembre de la revista JAMA Dermatology.
Más información
Para más información sobre el eccema visite la Asociación Nacional del Eccema (National Eczema Association).
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Katrina Abuabara, MD, MSCE, associate professor, dermatology, University of California, San Francisco, and associate adjunct professor of epidemiology, University of California, Berkeley School of Public Health; Robert Kirsner, MD, PhD, chairman and professor, department of dermatology and cutaneous surgery, University of Miami Miller School of Medicine, and director, University of Miami Hospital and Clinics Wound Center; JAMA Dermatology, Sept. 1, 2021, online
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