¿Podría el té negro alargar la vida?
MARTES, 30 de agosto de 2022 (HealthDay News) -- Una taza de té puede tranquilizar, pero beber un par de tazas al día también podría reducir las probabilidades de muerte precoz, sugiere una investigación reciente.
En el estudio de casi 500,000 hombres y mujeres que participaron en el U.K. Biobank, los investigadores encontraron que, en comparación con las personas que no bebían té, las que bebían dos o más tazas al día reducían su riesgo de morir entre un 9 y un 13 por ciento. Y el hecho tomar leche y azúcar con el té, o de también tomar café, no hizo ninguna diferencia.
Estos resultados sugieren que el té negro, incluso a unos niveles más altos de ingesta, puede formar parte de una dieta saludable. Pero "aunque los hallazgos quizá ofrezcan tranquilidad a las personas que beben té, no indican que las personas deban comenzar a beber té o aumentar su consumo de té por los beneficios para la salud", comentó durante una conferencia de prensa reciente de los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. la investigadora principal, Maki Inoue-Choi, científica de planta de la División de Epidemiología y Genética del Cáncer del Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU.
Aunque este estudio no puede probar que el té, por sí solo, sea responsable de alargar la vida, sí contiene compuestos que se han vinculado con una reducción en la inflamación, apuntó Inoue-Cho.
"Compuestos como los polifenoles y los flavonoides, en específico las catequinas, tienen el potencial de reducir el estrés oxidativo y la inflamación, lo que protege del cáncer, la enfermedad cardiovascular y otras afecciones de la salud", aseguró.
"Si bebe una taza al día, creo que es bueno", dijo Inoue-Choi. "Disfrute de su taza de té".
Los participantes de Reino Unido del estudio tenían de 40 a 69 años, y un 89 por ciento reportaron que bebían té negro.
Los investigadores también encontraron que beber té reducía el riesgo de morir de enfermedad cardiovascular, pero que no pareció tener el mismo beneficio respecto a las muertes por cáncer o enfermedad respiratoria, señaló Inoue-Choi.
El informe se publicó en la edición del 30 de agosto de la revista Annals of Internal Medicine.
"Pienso que es una confirmación de verdad buena de que el té puede ser parte de una dieta buena, una dieta saludable", comentó Lauri Wright, vocera nacional de la Academia de Nutrición y Dietética (Academy of Nutrition and Dietetics) y profesora asistente de la Universidad del Sur de Florida.
Todo gira alrededor de la inflamación, afirmó, que parece desencadenar a muchas enfermedades crónicas. El té tiene potentes propiedades antinflamatorias que ayuda a compensar las inflamaciones que pueden conducir a la enfermedad.
Wright, que no participó en el estudio, añadió que el té en sí no contrarresta a los efectos de una dieta malsana, pero que el té puede amplificar los beneficios de una dieta saludable.
"Estamos observando a la dieta completa, y asegurando que se incluyan muchos alimentos que tengan propiedades antinflamatorias, como las frutas y las verduras y las grasas saludables de los frutos secos y los aguacates", planteó. "El té ayuda a reducir la inflamación más bien como una parte de toda la dieta".
El Dr. Guy Mintz, director de salud cardiovascular y lipidología del Hospital Cardiaco Sandra Atlas Bass de Northwell Health, en Manhasset, Nueva York, apuntó que un estudio reciente de China también encontró que el té tenía beneficios. Pero, en ese caso, se trataba del té verde.
"En China y Asia y Japón, beben más té verde. Este estudio le da su lugar al té negro", aseguró Mintz, que no participó en la nueva investigación. "Pienso que la conclusión es que el té podría ser protector".
Advirtió que el té por sí solo no es un sustituto para mantener la presión arterial y el colesterol bajos. "El té tiene beneficios cardiovasculares y vasculares como añadido a las recomendaciones médicas", aseguró Mintz.
Más información
Aprenda más sobre los beneficios del té para la salud en la Academia de Nutrición y Dietética.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Maki Inoue-Choi, PhD, staff scientist, Division of Cancer Epidemiology and Genetics, U.S. National Cancer Institute; Guy Mintz, MD, director, cardiovascular health and lipidology, Northwell Health Sandra Atlas Bass Heart Hospital, Manhasset, N.Y.; Lauri Wright, PhD, national spokesperson, Academy of Nutrition and Dietetics, and assistant professor, University of South Florida, Tampa; Annals of Internal Medicine, Aug. 30, 2022
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