¿Un ‘desequilibrio químico’ en el cerebro provoca la depresión? Tal vez no
MARTES, 9 de agosto de 2022 (HealthDay News) -- La idea de que la depresión es provocada por un desequilibrio químico en el cerebro se ha hecho común entre el público general.
Pero en realidad no hay evidencias sólidas de que la serotonina, una sustancia del cerebro que es el principal sospechoso en esta teoría, se vincule con la depresión de alguna forma, encuentra una nueva e importante revisión.
Unos estudios en que participaron más de 100,000 personas, que evaluaron el rol de la serotonina en la depresión desde muchos ángulos distintos, no descubrieron ninguna diferencia real entre las personas sanas y las que tenían depresión, señaló el coinvestigador, el Dr. Mark Horowitz, miembro clínico de investigación en psiquiatría del Colegio Universitario de Londres.
"En general, encontramos que en todas las áreas principales de investigación, no había evidencias de una serotonina baja en la depresión, en comparación con los voluntarios sanos", apuntó Horowitz. "Así que concluimos que a los pacientes no se les debe decir que tienen un desequilibrio químico o una serotonina baja, porque las evidencias no lo respaldan".
La revisión también pone en duda qué hacen en realidad los antidepresivos, dado que la mayoría son inhibidores de la recaptación de la serotonina (ISRS), que al principio se pensaba que funcionaban al corregir unos niveles anómalamente bajos de serotonina, plantean Horowitz y sus colegas.
Con frecuencia, los médicos comparan tomar ISRS para la depresión con tomar insulina para la diabetes, en esencia, reemplazar un bioquímico que el cuerpo no produce a niveles adecuados, apuntó Horowitz.
El ISRS más bien conocido es el Prozac (la fluoxetina). Entre otros se encuentran Lexapro (escitalopram), Paxil (paroxetina) y Zoloft (sertralina).
"Lo que hemos mostrado es que esa analogía es falsa", dijo Horowitz. "No hay evidencias de una serotonina baja en la depresión. Entonces, no puede ser que los antidepresivos solucionen un problema químico subyacente de la misma forma que la insulina corrige un problema subyacente en la diabetes".
Pero otros expertos en psiquiatría anotan que aunque los ISRS no son perfectos, han resultado efectivos en ensayos clínicos. Y aunque quizá no se comprenda del todo la forma en que los medicamentos funcionan, los pacientes sin duda no deben descartar sus antidepresivos hasta que hayan hablado con el médico.
"La base de evidencias que respalda el uso de estos fármacos se origina en ensayos clínicos que demuestran la eficacia de los medicamentos", aseguró el Dr. James Murrough, director del Centro de Descubrimiento y Tratamiento de la Depresión y la Ansiedad de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York. "Estos medicamentos nunca se diseñaron para revertir una anomalía biológica específica que provoca la depresión".
"La causa de la depresión se desconoce en la mayoría de los casos, y actualmente el campo carece de una comprensión clara de la base biológica de la depresión", continuó Murrough.
La teoría sobre la serotonina en la depresión fue sugerida por primera vez en la década de los 1960, y se publicitó mucho de los 1990 en adelante, con la llegada de los ISRS, comentaron los investigadores en las notas de respaldo.
Una creencia generalizada
Las encuestas sugieren que, ahora, 4 de cada 5 personas creen que la depresión es provocada por un desequilibrio químico, y muchos médicos de familia también son de la misma opinión, dijeron los investigadores.
Para ver si era así, Horowitz y sus colegas reunieron 17 análisis anteriores del rol de la serotonina en la depresión, y crearon una revisión "general" de las evidencias disponibles.
La nueva revisión a gran escala de las evidencias, que se publicó en una edición reciente de la revista Molecular Psychiatry, reveló que:
- No había diferencias en los niveles de serotonina en la sangre ni en los fluidos cerebrales entre las personas sanas y las deprimidas.
- Unos experimentos que redujeron los niveles de serotonina en la sangre de las personas de forma natural, mediante restricciones dietéticas, al final no produjeron depresión en unos voluntarios sanos.
- Las diferencias genéticas en la forma en que las personas procesan la serotonina tampoco influyeron en el riesgo de depresión.
- Aunque los eventos vitales estresantes pueden aumentar el riesgo de una persona de deprimirse, no hubo diferencias en los niveles de serotonina entre las personas sanas que estaban estresadas y aquellas cuyo estrés al final provocó depresión.
En cierta manera, esto no es una novedad en el campo. "Hace décadas que se reconoce que la teoría [sobre la serotonina] está incompleta, en el mejor de los casos, y está equivocada del todo en el peor", señaló Murrough.
Por ejemplo, es bien sabido que aunque los antidepresivos pueden aumentar los niveles de serotonina de inmediato, la mejora clínica en los síntomas de depresión en general tarda semanas o más.
"Por tanto, siempre se ha reconocido que aunque elevar los niveles [de serotonina] era un paso necesario, no podía explicar del todo los efectos antidepresivos de los fármacos", dijo Murrough.
Entonces, ¿por qué funcionan los ISRS, dado que se ha mostrado que tratan la depresión de forma efectiva en los ensayos clínicos?
Los antidepresivos quizá funcionen al, en esencia, "entumecer" a las personas, de forma muy parecida a cómo el alcohol hace que las personas con un trastorno de ansiedad social se sientan más calmadas y menos ansiosas, teorizó Horowitz.
"Los antidepresivos no funcionan de la misma forma que el alcohol, por supuesto, sino en una forma similar que podría afectar la manera en que pensamos y nos sentimos sin actuar en las causas subyacentes de la depresión", apuntó Horowitz. "Una sugerencia sobre la forma en que los antidepresivos funcionan es que actúan como agentes entumecedores. Sabemos que al menos la mitad de las personas que toman antidepresivos reportan un entumecimiento emocional".
Las fluctuaciones en los niveles de serotonina provocados por los ISRS también podrían promover el desarrollo de nuevas células del cerebro en las personas que tienen depresión, apuntó la Dra. Mimi Winsberg, directora médica de Brightside Health, una compañía de telesalud mental.
"Observamos la pérdida de las neuronas en afecciones que se asocian con un estrés repetitivo, por ejemplo la depresión", dijo Winsberg. "Es posible que muchos de los antidepresivos que usamos desencadenen el nacimiento de nuevas células en el cerebro, lo que no es una correlación directa con el reemplazo de una serotonina baja".
Murrough se mostró de acuerdo.
"Los antidepresivos quizá traten la depresión al revertir los efectos negativos bien conocidos del estrés crónico en el cerebro, y al conducir a una mayor salud y conexión en las células cerebrales en regiones específicas del cerebro que son importantes para la regulación del estado de ánimo, como la corteza prefrontal", planteó Murrough.
¿Otro factor en la mezcla de compuestos del cerebro?
Los ISRS también alteran a otros compuestos del cerebro. Por ejemplo, estudios con animales han mostrado que los medicamentos también aumentan los niveles de una sustancia llamada FNDC (factor neurotrófico derivado del cerebro), anotó Margit Burmeister, profesora de neurogenética del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Michigan.
"Este mismo FNDC aumenta cuando se hace ejercicio, que es un antidepresivo natural", aseguró Burmeister.
Es probable que una falta de recursos para la salud mental haya llevado a médicos y pacientes a depender de los ISRS más de lo que deberían, cree Burmeister.
"Ahora mismo, las personas con depresión con frecuencia deben esperar meses antes de poder ver a un profesional, mientras que un médico de atención primaria puede simplemente emitir una receta de un antidepresivo", comentó Burmeister.
Los ISRS "sí funcionan, hasta cierto punto, pero si todo el mundo necesita antidepresivos o no es otro tema distinto", añadió Burmeister. "Lo que está claro es que a las personas que les va mejor en los estudios clínicos son las que reciben psicoterapia e ISRS a la vez, en comparación con uno solo".
"A nivel biológico, la depresión quizá sea de hecho muchas enfermedades distintas, cada una de las cuales requiere un tratamiento distinto", planteó Murrough. "A lo largo de la historia de la medicina, lo hemos visto ocurrir una y otra vez. Quizá una pregunta mejor que si la serotonina está implicada en la depresión sería si la serotonina está implicada en la depresión del paciente específico al que se intenta tratar".
Horowitz anotó que las directrices británicas para tratar la depresión recomiendan diez cursos de tratamiento, y solo dos implican el uso de antidepresivos. De hecho, esas directrices recomiendan en específico que los antidepresivos no se usen como tratamiento de primera línea a menos que esta sea la preferencia del paciente.
Más bien, las opciones de tratamiento se enfocan sobre todo en aliviar el estrés y la ansiedad subyacentes que provocan la depresión de una persona.
"Uno de las terapias más efectivas es la de resolución de problemas, que encuentro muy instructiva, porque de verdad aborda los problemas en las vidas de las personas que llevan a que se sientan abrumadas", apuntó Horowitz. "La terapia de resolución de problemas implica escribir los problemas importantes en la vida de una persona, y mencionar tres pasos que puede tomar para cada problema. Y uno vuelve y reporta el progreso tras un par de semanas. En realidad es solo una forma estructurada de solucionar los problemas".
Otros tratamientos incluyen la psicoterapia, la meditación de mindfulness, la terapia cognitivo conductual, la terapia de relaciones y el ejercicio físico, apuntó Horowitz.
"Todos estos tratamientos han resultado efectivos en ensayos clínicos", aseguró Horowitz. "Espero que ahora se les diga a las personas que hay formas más holísticas de resolver sus problemas, y que le permitirán una variedad más amplia de soluciones posibles. Porque, por supuesto, si le dicen que tiene un problema químico, entonces buscar una solución química tiene un sentido obvio".
Winsberg está de acuerdo, y compara el dolor crónico con la depresión, en cuanto a que hay muchas causas distintas... y por tanto muchas soluciones potenciales.
"Solo porque tomar Tylenol mejora el dolor de cabeza, definir los dolores de cabeza como síndrome de deficiencia de Tylenol no tendría sentido, ¿no? Pero así ha sido parte de la conversación del público general sobre los antidepresivos, y eso es simplificar demasiado", añadió Winsberg. "Hay mediadores químicos en este proceso patológico, y a veces los medicamentos se pueden dirigir a estos mediadores químicos. Pero esto no sígnica que la mediación química sea la causa del problema".
Más información
El Instituto Nacional de la Salud Mental ofrece más información sobre la depresión.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Mark Horowitz, MBBS, PhD, psychiatric clinical research fellow, University College London; James Murrough, MD, PhD, director, Depression and Anxiety Center for Discovery and Treatment, Icahn School of Medicine at Mount Sinai, New York City; Mimi Winsberg, MD, chief medical officer, Brightside Health; Margit Burmeister, PhD, professor, neurogenetics, University of Michigan’s Department of Psychiatry; Molecular Psychiatry, July 19, 2022
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