La inflamación cardiaca a largo plazo afecta a 1 de cada 8 pacientes hospitalizados con COVID
MIÉRCOLES, 25 de mayo de 2022 (HealthDay News) -- Un año tras ser hospitalizados con la COVID-19, más de un 12 por ciento de los pacientes habían sido diagnosticados con una inflamación cardiaca, según un nuevo estudio sobre los efectos a largo plazo del virus.
En el estudio, unos investigadores de Escocia dieron seguimiento a 159 pacientes hospitalizados por COVID-19 entre mayo de 2020 y marzo de 2021. Un año más tarde, muchos pacientes seguían con afecciones de salud continuas.
Además de la inflamación del corazón (miocarditis), la inflamación por todo el cuerpo y el daño en otros órganos, entre ellos los riñones, fueron comunes, según el equipo de la Universidad de Glasgow y NHS Greater Glasgow y Clyde.
"La COVID-19 es una enfermedad multisistémica, y nuestro estudio muestra que la lesión del corazón, los pulmones y los riñones se puede observar tras la hospitalización inicial en los escáneres y las pruebas de sangre", señaló el investigador principal, Colin Berry, profesor de cardiología e imágenes de la Universidad de Glasgow.
"Estos resultados resuelven una brecha vital del conocimiento en nuestra comprensión actual sobe los síndromes posteriores a la COVID-19, por ejemplo la COVID prolongada, y en las evidencias objetivas sobre la enfermedad continua", señaló Berry en un comunicado de prensa de la universidad.
El estudio, llamado CISCO-19 (por las siglas en inglés de Imágenes cardiacas en la enfermedad por el coronavirus SRAS-19), es parte de una iniciativa el gobierno escocés para mejorar la comprensión sobre la pandemia del coronavirus.
Se preguntó a los participantes sobre sus propias impresiones respecto a su salud. También se sometieron a pruebas de sangre, y a TC e IRM de múltiples órganos, entre ellos el corazón, los riñones y los pulmones. Los investigadores también evaluaron los resultados clínicos, lo que incluía a la supervivencia, la readmisión al hospital y la remisión a clínicas ambulatorias.
Encontraron que ser hospitalizado por la COVID-19 se asoció con una peor calidad de vida relacionada con la salud, además de ansiedad y depresión.
Los hallazgos también mostraron que algunos pacientes sufren impactos a largo plazo debido a la gravedad de sus síntomas de COVID-19, en lugar de debido a problemas de salud preexistentes.
"Los motivos de esto no están claros, pero quizá una persona sana que sea hospitalizada por la COVID-19 tiene probabilidades de una peor infección con la COVID que una persona con afecciones de salud subyacentes que sea hospitalizada", sugirió Berry. "Hay que realizar más trabajo en esta área para comprender los riesgos, y también cómo podemos respaldar mejor a los pacientes que tienen unos resultados de salud continuos tras ser hospitalizados por la COVID-19".
En un plazo de 450 días tras salir del hospital, uno de cada siete pacientes había fallecido o sido readmitido. En total, dos de cada tres necesitaron atención ambulatoria.
El estudio encontró que la COVID prolongada parece afectar sobre todo a las mujeres. Los investigadores encontraron un vínculo entre el sexo femenino y sufrir miocarditis. Entonces, esto también se vinculó con un peor bienestar mental y físico.
Los hallazgos sugieren una necesidad de un uso enfocado de pruebas médicas, el desarrollo de nuevas terapias y rehabilitación, apuntaron los autores del estudio. También resaltan la importancia de la vacunación para ayudar a prevenir la COVID-19 grave.
"Este estudio provee una información importante sobre los efectos a largo plazo de la infección con la COVID-19, y ayudará a orientar los métodos para el tratamiento de ahora en adelante", aseguró David Crossman, ex científico principal (de salud) de Escocia.
Aunque el estudio se enfocó en las personas hospitalizadas por la COVID-19, otras investigaciones que examinaron los casos que no requieren hospitalización han reportado unos datos más alentadores sobre la salud a largo plazo.
Los investigadores anotaron que la mayoría de los pacientes de este estudio no estaban vacunados, porque se inscribieron a principios de la pandemia. Los factores de la enfermedad cardiaca fueron comunes, entre ellos la obesidad, la hipertensión y la diabetes.
El informe se publicó en la edición en línea del 23 de mayo de la revista Nature Medicine. El estudio continúa, e incluirá el seguimiento de los participantes tras 18 meses y cinco años.
Más información
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. ofrecen más información sobre la COVID.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTE: University of Glasgow, news release, May 23, 2022
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