Tras una abarcadora revisión, los CDC buscan recuperar la confianza del público
MARTES, 10 de mayo de 2022 (HealthDay News) -- En abril, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. lanzaron un nuevo centro para predecir mejor los brotes de enfermedades infecciosas. También se sometieron a una revisión de un mes de duración para examinar sus sistemas actuales y orientar a las estrategias futuras.
En conjunto, estos anuncios representan a una agencia ante una encrucijada, bajo el enorme escrutinio público durante la pandemia de COVID-19.
La acción más reciente de los CDC que los ha convertido en blanco de las críticas fue pagar a una controversial compañía de almacenamiento de datos para obtener los teléfonos de millones de estadounidenses, con el objetivo de estudiar su cumplimiento de las medidas de salud pública, según documentos obtenidos por Vice. De forma más amplia, las críticas se han centrado en los mensajes inconsistentes y los sistemas de recolección de datos poco sofisticados que orientan a las directrices de la agencia.
Los directivos de los CDC sugirieron que la renovación de la agencia se debe en parte a estas críticas. En una declaración en que anunció que los CDC se someterían a una completa revisión, la Dra. Rochelle Walensky, directora de la agencia, afirmó que "nunca en su historia de 75 años han tenido [los] CDC que tomar decisiones tan rápido, basadas en una ciencia en tiempo real que con frecuencia era limitada... Y como hemos exigido a nuestros socios estatales y locales, sabemos que ahora es el momento de que los CDC integren las lecciones aprendidas en una estrategia para el futuro".
Según Kyle McGowan, exjefe de personal de los CDC, muchas de las dificultades de la agencia han sido exacerbadas por la interferencia política.
"Esto es lo que sucede cuando se administra una respuesta de salud pública o cualquier tipo de respuesta de emergencia desde la Casa Blanca", lamentó McGowan durante una entrevista de HealthDay Now. "Hace que un proceso y una respuesta que ya son muy complejos sean 10 o 100 veces más complejos de lo necesario. Y cada vez que se publica un documento de orientación, o cada vez que se solicita una entrevista, hay 10 o 15 personas distintas del [Departamento de Salud y Servicios Humanos] en la Casa Blanca que tienen que confirmar o autorizar esos documentos".
McGowan fue nombrado a los CDC por la administración de Trump en 2018, y prestó servicio durante dos años antes de renunciar. Compartió sus experiencias en una entrevista de 2021 con el The New York Times, y citó la interferencia política de la Casa Blanca y el Departamento de Salud y Servicios Humanos como uno de los motivos de su renuncia. Los esfuerzos de la administración de Trump por restarle importancia a la pandemia y controlar los mensajes de los CDC han sido tema de muchos reportes.
Pero a pesar de prometer lo contrario, parece que la administración de Biden no ha aflojado el control político. De hecho, hubo muchas menos reuniones informativas con los CDC sobre la COVID-19 en 2021 que en 2020, cuando Trump era presidente. "Les pedimos a los CDC que sean ágiles y flexibles y que se comuniquen con mayor rapidez. Pero les ponemos muchos obstáculos que lo impiden", aseguró McGowan.
Las secuelas de la comunicación de los mensajes le ha costado a la agencia parte de la confianza del público: en enero, NBC realizó una encuesta en que apenas un 44 por ciento de los estadounidenses dijeron que confiaban en la información de los CDC sobre la COVID-19. Según la Dra. Natasha Bagdasarian, directora médica de Michigan, la menguante confianza pública en los CDC tiene un efecto de onda, que pone en peligro a la autoridad de los mensajes de salud pública en general.
"Cuando el público no confía en lo que los CDC dicen, esto también afecta a la confianza del público que tenemos a nivel estatal y que nuestros departamentos de salud locales tienen en sus comunidades", declaró Bagdasarian a HealthDay News. "Los proveedores médicos, mis compañeros que practican en la clínica, también me dicen que ha afectado a sus relaciones clínicas con los pacientes. Se convierte en una falta de confianza pública en las recomendaciones de atención de la salud".
Mientras los CDC finalizan su revisión y la agencia busca mejorar su estrategia de comunicación en un futuro, Bagdasarian enfatizó la importancia de encontrar mejores formas de comunicar la incertidumbre. Planteó que las autoridades de salud púbica deben clarificar que las recomendaciones evolucionan junto con la ciencia, y que cambian con el tiempo. "Hasta ahora, creo que no lo han hecho. Las directrices se han publicado diciendo 'estas son las nuevas directrices', cuando más bien debería haber sido 'estas son las nuevas directrices para la etapa actual, pero prevemos que las cosas van a cambiar'", añadió.
Los sistemas de recolección y análisis de datos son otro punto débil de la agencia. "Los CDC solo son tan buenos como las entidades que les proveen información", apuntó McGowan. "Y pienso que es importante comprender que los CDC no poseen datos propios".
La gestión de los brotes de enfermedades infecciosas requiere unas cantidades masivas de datos. En el nivel más básico, los datos permiten a los CDC rastrear el número de infecciones, la gravedad de las infecciones, los lugares donde las infecciones ocurren, y a quién afectan. No hay un sistema integral o estandarizado para recolectar esta información. Al contrario, los CDC reúnen datos de una variedad de fuentes, que incluyen a compañías del sector privado, instituciones académicas, y los departamentos de salud estatales. Los estados envían los números de los casos regionales a los CDC según su propio calendario, y con unos niveles variantes de precisión, como parte de un sistema de reportes voluntarios.
Con unos datos más amplios, los CDC pueden realizar unos mejores análisis para ayudar a predecir las tendencias o los brotes futuros. "Ahora necesitamos ser previsores, proactivos, y pensar en el futuro y proveer este tipo de información de forma parecida a la previsión del tiempo, y entonces también proveer indicaciones sobre cómo queremos que la gente se prepare", señaló Bagdasarian.
Los CDC intentan hacerlo con el nuevo centro de pronósticos, que se enfocará en modelar la trayectoria de los brotes para orientar unas recomendaciones más oportunas. Estos pronósticos permitirán a las autoridades de salud pública "iniciar los mensajes cuando sabemos que se prevén estos brotes", según Bagdasarian. "Este es el momento de prepararse. Asegúrese de tener pruebas de venta libre en casa. Si es elegible para un refuerzo, asegúrese de tener un plan para ponerse el refuerzo".
Pero los CDC están limitados respecto a los datos que pueden recolectar. En una entrevista en "60 Minutes", Walensky explicó que la agencia es la "compiladora de datos, pero no tenemos la autoridad para recolectarlos", según CBS. Con la implementación del estado de emergencia debido a la COVID-19, los CDC se han beneficiado de unas restricciones menos estrictas, que permiten a la agencia recibir más informes directos de los laboratorios y los hospitales. Los CDC podrían perder el acceso a estos datos cuando la declaración de emergencia por la COVID-19 expire, lo que ocurrirá en julio a menos que se renueve otra vez.
Todavía no se sabe con certeza cómo la agencia ejecutará las metas que han planteado en los últimos meses. Entre los obstáculos se encuentran la recolección de datos y una falta de financiación flexible.
"Los CDC necesitan tener una financiación del Congreso que sea sostenible y flexible. También necesitan las autoridades de datos para de verdad hacer su trabajo", añadió McGowan. "Y si esperamos hasta que el Congreso autorice unos fondos temporales o autoridades temporales durante la próxima emergencia de salud pública, ya habremos fracasado como país, porque las personas ya están enfermas, y necesitamos que los CDC cuenten con esas autoridades y esa financiación ahora y durante el tiempo de paz, para poder prepararnos mejor para nunca tener que vivir algo como la COVID de nuevo".
Más información
Averigüe más sobre el centro de pronóstico de enfermedades de los CDC.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Kyle McGowan, founding partner, Ascendant Strategic Partners, former chief of staff, U.S. Centers for Disease Control and Prevention; Natasha Bagdasarian, MD, MPH, FIDSA, chief medical executive, State of Michigan, fellow, Infectious Diseases Society of America
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